Literatura

Italia

Las letras rusas se revolucionan

Se publica la primera traducción directa del ruso al español de «El doctor Zhivago», de Pasternak, que se suma a la reedición que se ha hecho de los diarios de Dostoievski y se celebra el aniversario de Tolstói

Pasternak (izda.) y Tolstói han regresado en nuevas ediciones
Pasternak (izda.) y Tolstói han regresado en nuevas edicioneslarazon

Lo comentaba, en los años cincuenta, el traductor Zveteremich en una carta digirida a Giangiacomo Feltrinelli, el editor italiano de «El gatopardo», de Lampedusa: «En Moscú, la atmósfera que se ha creado en torno al libro es muy desagradable. Han organizado un gran escándalo. Definen su aparición como "un atentado contra la Revolución"». La historia de «El doctor Zhivago» es la de una restitución y también la de una triste represión, la de su autor y la de su amante, que, para algunos, es la mujer que inspiró a Lara, la protagonista de su obra más conocida. «Tras la muerte de Borís Pasternak, el capítulo más oscuro de la "novela dentro de la novela"comienza con el arresto de Olga Ivinskaya y de su hija Irina. Ambas son condenadas a un campo de trabajo: Olga a ocho años, Irina a tres», escribe Carlo Feltrinelli en la biografía de su padre: «Senior Service» (Tusquets).


Un rostro desencajado
Cómo llegó el manuscrito original a Feltrinelli en 1956 forma parte de la mitología de la literatura. Los mensajes entre el editor y el autor se transmiten en papel de liar cigarrillos y para comprobar que el mensajero era de fiar tenía que mostrar la mitad de un billete para que el escritor lo cotejara con la que él guardaba. La obra provocó en Rusia una marea de indignación. «Unos días después de que recibiera el Premio Nobel, el principal ideólogo de la URSS inspiró un oleaje de ira popular muy bien organizado para acabar con todo este proceso. Mi padre telegrafió a la comisión del Nobel rechazando el galardón. Yo recuerdo haberle visto andar pálido, inseguro, con el rostro deformado, con el comportamiento alterado, como si le hubieran roto la espalda. En esta obra estaban todas sus ideas. Era el resultado de su vida creadora. El resumen de toda su existencia». Evgueni Pasternak, hijo del novelista, presentó ayer en Madrid la primera traducción del ruso de «El doctor Zhivago», que publica el sello Galaxia Gutenberg. Un trabajo que ha recaído en Marta Rebón, que ya volcó al castellano «Vida y destino» (Galaxia Gutenberg). El acto contó con la presencia de la nuera del escritor, Elena, y de su bisnieta, Anastasia Pasternak. «La voluntad de una persona libre –explicó Elena– fue violada sistemáticamente. Él fue condenado a lo peor y a no ser publicado. A partir de ese momento se dedicó a hacer traducciones».


Poeta censurado
Borís Pasternak ya había destacado en la literatura con bastante anterioridad a la publicación de este título que terminaría difundiendo su nombre por todas las lenguas. El talento de su prosa provenía de una acentuada sensibilidad poética, entroncándole con creadores como Ajmátova, Tsvétayeva y Mandelstam. En este género se había fraguado su prestigio y, también, el que había alertado a las autoridades soviéticas del peligro que representaba para el gobierno. Para evitar la censura recurrió a una estratagema: incluir un poemario en «Doctor Zhivago» que, en teoría, correspondía al protagonista, Yuri, y no a él. Y una de las novedades de esta edición es la inclusión de toda esa parte en un capítulo de la novela. «El destino de Yuri Zhivago es la continuación de la tradición literaria rusa que entronca con Dostoievski y Tolstói. La idea de que un hombre simboliza toda la existencia de la humanidad. Eso se plantea en este texto. Y sigue siendo vigente, real», explicó Evgueni durante su intervención. La popularidad del libro comenzó desde que llegó a las librerías. El 23 de noviembre de 1957 se pone a la venta en Italia. La tirada inicial es de 12.000 ejemplares. En 1960 ya había vendido en este país 156.000. Más tarde gozaría de una célebre adaptación cinematográfica que, sin embargo, a pesar de haber fomentado la lectura de la obra, no cuenta con el respaldo de los familiares del novelista: «La película es vista y admirada por muchos, pero no tiene nada que ver con el libro –aseguró Evgueni–. Más que pensar en las diferencias que separan la cinta y el libro, habría que citar en qué se parecen, porque son totalmente diferentes, en cuanto obras, lengua, enfoque y arte». Anastasia también respaldaba esta opinión: «La distancia entre ambas es tan grande..., aparte de la lengua, que se pierde y que el filme no puede reflejar aspectos extremadamente delicados que existen en el libro».


Restitución
Desde aquellos años de represión, los de Krushev, la familia Pasternak no ha tenido ningún respaldo de las autoridades: «No hemos recibido ningún apoyo del Gobierno en estos años. Con el centenario del nacimiento de Borís, la casa se ha convertido en un museo, donde se llevan a cabo exposiciones, actos... pero se encarga de ello la mujer de mi hermano menor–comentó Evgueni–. Sí es cierto que se edita muchísimo en Rusia, aunque es la demanda del pueblo, no porque exista un interés por parte del Estado». La restitución se produjo en 1989. La familia recibió, entonces, la medalla de oro que acompaña la concesión del Nobel, y el dinero que corresponde al galardón –que en su momento no percibió el autor–. Feltrinelli escribió respecto a esta obra: «En estos tiempos en que los valores humanos se olvidan, en que los seres humanos son reducidos a robots, en que la mayoría de las personas sólo tratan de huir de sí mismas y de resolver los problemas de su ego viviendo en el estrés y mortificando lo que queda de la sensibilidad humana, "El doctor Zhivago"ha sido una enseñanza que no se podrá olvidar».


Un editor controvertido
Giangiacomo Feltrinelli (en la imagen) editó por primera vez fuera de Rusia «El doctor Zhivago». Un comunista que, con la publicación de este volumen, daba la impresión de que se colocaba contra la Unión Soviética. Puede que, después de todo, un libro merezca más la pena que una ideología. Sin embargo, la figura de Feltrinelli arrastra tanta leyenda como los autores a los que editaba. Creó la editorial que todavía lleva su nombre (una de las más importantes que existen) y se convirtió en un terrorista de izquierdas. De hecho, pasó a la clandestinidad y falleció en 1972, cuando le explotó entre las manos la bomba que estaba colocando. Pretendía dejar sin luz a medio Milán. Al final, quizá, pudo la tentación de las ideologías.


El detalle
Albert Camus, el defensor del Nobel a Pasternak
El escritor francés lo defendió antes de que su novela convirtiera a Borís Pasternak en un escritor conocido mundialmente. Su capacidad para la poesía lo había impresionado y lo respaldaba para que el novelista ruso recibiera el Premio Nobel. «Mi padre –asegura Evgueni (en la imagen)– mantenía una estrecha relación con los amigos de Albert Camus, que había traducido su obra al francés. En nuestro archivo existen dos cartas que mi padre le escribió, porque Camus fue una de las personas que le propusieron al Nobel. De hecho, cuando él falleció, se llevó un enorme disgusto. Nosotros conservamos también una carta de Camus en la que agradece a la literatura rusa que hubiera dado un escritor como él».