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Juan Echanove: «Tengo los niveles de colesterol como un niño de 14 años»

A vuela plumaJuan Echanove se encuentra en el teatro «La Latina» de Madrid interpretando una de las obras más sorprendentes de la cartelera actual «Desaparecer», basada en varios textos de Edgar Alan Poe. El paseo por los oscuros laberintos del alma del escritor exige un enorme esfuerzo interpretativo que Echanove, como siempre, borda.

Juan Echanove: «Tengo los niveles de colesterol como un niño de 14 años»
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-¿Qué le espera al espectador que acude al teatro para ver «Desaparecer»?
- Le espera la visión del director, Calixto Bieito, sobre la perversidad que emanan algunas de las mejores narraciones de Poe, sentir el concepto del lado más oscuro del ser humano que impregna su obra.

-Sólo dos personas en el escenario durante una hora y cuarto, ¿resulta difícil?
- Todo reto conlleva un riesgo y una dificultad, y eso es lo bonito porque se convierte en la razón que te obliga a emplearte a fondo, a trabajar un poco más para que el espectador se sienta a gusto con lo que ha visto.

- ¿Qué diferencia hay entre interpretar una obra que exige tanto esfuerzo y presentar «Un país para comérselo»?
- Son cosas distintas. La tesis del programa de televisión era hacerle llegar al televidente las sensaciones que yo experimento en mis viajes, en ningún caso interpreto o compongo un personaje. Una obra de teatro necesita de un actor, «Un país para comérselo» no.

- Se ha recorrido España entera junto a su amigo Imanol Arias. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
- Me sorprende que los españoles le echamos poca cuenta a lo que tenemos cerca. En nuestro país hay auténticos paraísos que son desconocidos para la gente que vive a únicamente diez o quince kilómetros de distancia. Estoy seguro de que los japoneses conocen mejor los jardines de Aranjuez, que son una obra de arte, que los propios madrileños que están a veinte minutos en tren.

- ¿Y se come bien en nuestro país?
- Tenemos una calidad de producción enorme e interesante, tanto como la de cualquier país europeo, pero nos falta creer en nosotros mismos; todavía hay mucha gente que sigue pensando que lo bueno es lo que viene de fuera.

- ¿Le ha subido el colesterol mientras grababa el programa?
- Todo lo contrario, tengo un nivel de colesterol como un niño de 14 años. Es más, después de la grabación de los 26 capítulos peso unos 12 kilos menos que cuando empecé a grabar. Es cierto que viendo la serie parece que hemos comido mucho, pero no ha sido para tanto.

- ¿Qué plato le ha llamado más la atención?
- Por desconocido, me gusta un plato que se come en Tarragona, el bull, hecho con el estómago del atún en salazón, que tiene un sabor muy potente y que no le gusta a todo el mundo. Ahora bien, como la obra de arte de la sencillez no se nos puede olvidar el «perolico de la sopas de ajo de Teruel». Parece mentira que una sopa con ajo, agua, pan, y un poquito de sal, pueda estar tan bueno.