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Los partidos islamistas paquistaníes se unen para forzar la ruptura con Washington

Si el discurso populista y nacionalista del Ejecutivo ha sido capaz de tocar la fibra sensible de los paquistaníes, no ha evitado que la oposición y los movimientos islamistas aprovechen la ocasión para echar más leña al fuego y exigir responsabilidades al Gobierno de Zardari por haber humillado el país.

La Razón
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Una de las voces más críticas contra el Gobierno ha sido la de Fared Paracha, número dos de Jamaat e Islami (JI), el partido islamista más influyente de Pakistán. Llama, sin embrago, la atención que esta fuerza política que ha conseguido movilizar a las masas para protestar por la intención de abolir la Ley de la Blasfemia y contra los ataques con aviones sin piloto en las zonas tribales del país no haya congregado a centenares de miles en su campaña para exigir a Islamabad que retire su apoyo a la guerra contra el terrorismo. Pero Paracha replica que «nuestro llamamiento a una protesta nacional contra EE UU fue un éxito si se contabilizan a todas las personas que participaron en diferentes ciudades de todo el país: más de medio millón».

«Exigimos al Gobierno –explica a LA RAZÓN– que deje de apoyar a EE UU. Hemos presentado al Parlamento una moción para que el Ejecutivo retire su apoyo a la guerra contra el terrorismo. Pero el Gobierno paquistaní es demasiado débil y corrupto para enfrentarse a EE UU». «Los partidos religiosos nos hemos unido para trazar una estrategia común contra el Gobierno. Y si no declina su apoyo a Washington continuaremos con las manifestaciones».

En opinión de Paracha, «la comunidad musulmana de Pakistán rechaza la acción militar de EE UU y condena el asesinato de Ben Laden. Hasta hoy no ha habido pruebas legales que le acusen de terrorista. No ha tenido la oportunidad de defenderse ante un tribunal internacional». Además, insiste en que EE UU «lo convirtió en un héroe; en un libertador en Afganistán contra los soviéticos, y después lo trataron de criminal». Después aclara: «Apoyamos la ideología yihadista de Ben Laden, pero condenamos los actos terroristas contra civiles».

«Queremos una revolución islámica, pero apoyamos la Democracia. Lo que hace Estados Unidos contra nuestro pueblo y nuestros hermanos afganos es un atentado contra los valores democráticos», declara Paracha, antes de detallar que la CIA ha llevado a cabo «2.048 ataques con aviones sin piloto y ha causado la muerte de 3.500 civiles, muchos paquistaníes». «EE UU tiene que pedir perdón a Pakistán. No toleraremos sus insolencias. Si fuimos capaces de derrotar al Ejército ruso en Afganistán, nuestros combatientes están preparados para vencer a América», advierte el islamista.

Islamabad mira hacia China
El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, firmó ayer con China tres acuerdos de cooperación económica y de ayuda humanitaria. El pasado mes de diciembre, ambas naciones ya negociaron un programa mediante el cual Pakistán recibirá ayuda china para proyectos de infraestructuras, su programa nuclear civil, así como para suministro militar. Así, Islamabad podría adquirir 150 nuevos aviones de combate chinos y los intercambios comerciales de ambos países podrían alcanzar 100.000 millones de dólares. El gigante asiático respalda ahora a Pakistán frente a las dudas expresadas por Estados Unidos y otros países occidentales sobre su posición en la lucha antiterrorista.