Viaje flamenco a 1812

Esta Sara Baras no es la que ustedes vieron en espectáculos anteriores. Ni la de «Juana la loca», ni la de «Carmen». La bailaora ha sufrido una transformación profunda: ha sido madre. Esto tiene consecuencias evidentes, además de viajar con alguien que la necesita a todas horas, y otras más profundas: «Tenía miedo al principio de no ser la que fui, de haber perdido fuerza; sin embargo, todas las diferencias han sido positivas. Me ha cambiado tanto la escala de valores... A la hora de expresar en escena lo hago de una manera más contundente. Me encuentro mejor que antes».

No ha querido ponérselo fácil en este regreso, pues al coincidir con el bicentenario, quiso dedicar el espectáculo a la Constitución de 1812. ¿Cómo traducir los capítulos, artículos y todo ese lenguaje jurídico a un espectáculo flamenco? Baras contaba con una ventaja: es gaditana y tanto el texto como el contexto y lo que significó no le son ajenos.

Paso breve por Madrid
«Cádiz es la cuna de la libertad y todo el mundo lo sabe, se respira en el día a día. Está muy en el aire», comenta. Por eso, ha querido contar con gente de la tierra que conforma en un alto porcentaje su equipo. Reconoce que los gaditanos tienen y tuvieron en aquel momento trágico una gran entereza: «A pesar de la Guerra de la Independencia y todos los momentos duros que vivieron, al pueblo siempre le quedó esperanza y un punto de alegría». «La Pepa», precisamente, comienza con el prólogo a esas Cortes Constituyentes, que fue el enfrentamiento con los franceses. Después, hace coincidir los distintos palos flamencos con los avatares históricos de la época, por ejemplo,el baile de los abanicos con las guajiras; José Serrano se convierte en el presidente de Las Cortes por Farruca, y la propia Baras encarna a «La Pepa» en un paso a dos con su compañero. A pesar de que hará una temporada larga más adelante, no ha querido perder la oportunidad de mostrar durante una semana el montaje: «Madrid es mi segunda casa, una ciudad en la que he vivido muchos tiempo, y no quería que acabara el año del bicentenenario sin pasar por aquí», comenta la artista.

Será la primera visita artística con su hijo, vuelve a surgir el tema en la conversación. Parece inevitable que al crecer de teatro en teatro, pudiera salirle artista, además, tanto su madre como su padre y su abuela han bailado: «Por un lado, no me gustaría, pues es una vida sacrificada y más en este país, pero, por otro, fue lo que me pasó a mí». Al tiempo.

El detalle
RECUERDOS
Por primera vez, Baras asegura haber tenido tiempo para leer y reposar una creación coreográfica. Aunque su retiro le ha permitido este lujo, asegura que no sólo ha sido una labor de hemeroteca, pues, a veces, la Historia y la vida se confunden: «Mi colegio, por ejemplo, fue la sede de la primera asamblea constituyente, lo que llenó toda la creación de recuerdos infantiles».