Europa

Barcelona

«Nuestros productos no los quieren ni allí ni aquí»

La psicosis del pepino se está apoderando no sólo de Europa; las ventas en nuestro país también caen estrepitosamente. Ni los distribuidores son capaces de valorar las pérdidas. «En un día normal ingreso entre 8.000 y 10.000 euros diarios; es decir, coloco unos dos camiones diarios. Hoy he vendido cuatro palés. Calcula».

Los productores han optado por tirar la mercancía que no han vendido u ofrecerla a algunas ONG
Los productores han optado por tirar la mercancía que no han vendido u ofrecerla a algunas ONGlarazon

Es el testimonio de uno de los comerciales de MartiGarcía S.L., una empresa hortofrutícola que trabaja con las verduras más afectadas por el «pepinazo», término con el que califican el problema alemán numerosos agricultores almerienses. Ayer le paralizaron dos camiones de pepinos y tomates que se dirigían a Rumanía: «Nos dijeron que no querían nada de origen español», añade. La negativa europea ha obligado a los comerciales a variar sus rutas, aunque sin éxito. Los cuatro camiones que la empresa MartiGarcía mandó a Barcelona han regresado llenos. «Los supermercados han retirado el pepino de su centros. Dicen que los consumidores no los quieren», explica. Entre Madrid y Cataluña sólo ha conseguido colocar 20 cajas, mientras que su venta habitual supera los 20 palés. Juan Salvador, otro comercial del sector, no vende pepinos ni tomates, pero el negocio no le va mejor. Se dedica a la sandía y el melón. En una semana los precios se han desplomado, se han reducido hasta un 55 por ciento. En especial, en la zona de Almería. «No hay demanda de exportación y la distribución española también cae en picado. Es un desastre para nuestra agricultura», asegura.

El miércoles pasado un kilo de sandía negra se vendía entre 35 y 38 céntimos de euro. Ayer, el precio oscilaba entre 18 y 20 céntimos. Con estos precios, lo productores optan por no vender. Es difícil colocar el género y los costes de distribución son muy altos. Ayer por la mañana, el comercial almeriense vivió esta situación: «Uno de mis clientes me llamó para anular un pedido de cuatro tráilers llenos de sandía extra. Iban destinados al mercado alemán». La situación de la huerta española es complicada. Como indica Salvador, «los agricultores se matan a trabajar, pero se sienten desamparados. Creen que los sindicatos no luchan por sus intereses» y que no se tiene en cuenta la importancia del campo español. «Somos la primera potencia exportadora de frutas y hortalizas y generamos unos 300.000 empleos en zonas muy castigadas por el paro», declaró ayer José María Pozancos, director general de Fepex, la federación que agrupa a productores y distribuidores, que lamentó además la «poca contundencia del Gobierno» ante esta nueva crisis». Ayer, «varios almacenes de la zona dieron el ‘‘día libre'' a más de 100 trabajadores», añadió el comercial almeriense. En las naves de manipulación de la zona trabajan más de 100.000 personas, la mayoría de ellas mujeres. Ellas son las primeras desempleadas a causa de la crisis que se ha generado en Hamburgo.