Política
Transparencia y diálogo por Fernando Vilches
El discurso de investidura de Rajoy parece seguir un esquema que hoy se enseña en todos los másteres de «Dirección de Recursos Humanos», eso tan de moda que se conoce con las siglas DAFO. Ha empezado haciendo un diagnóstico: casi cinco millones y medio de parados, el 23% de la población activa. Luego, las amenazas: la recesión económica, el endeudamiento de las administraciones públicas, la pérdida sensible de renta per cápita, la caída del consumo y el desánimo colectivo que prende de nuestra sociedad. Luego, ha hablado de nuestras fortalezas: España es el cuarto país de la zona euro, el quinto de la UE y está entre los doce países con mayor peso en el mundo. A ello une la idiosincrasia de los españoles, que se crecen ante las dificultades. Por último, las oportunidades: nuestro peso en el exterior, con empresas punteras en obra pública, en el sector financiero y en el de las telecomunicaciones, así como una sociedad joven que quiere salir de esta situación. El candidato ha elegido cuidadosamente las palabras: ha empezado por decir la verdad: panorama sombrío, grave situación, sangría del paro, pérdida de empleos constante, déficit público elevado. Pero, frente a este diagnóstico, ha empleado verbos (acción) como estimular (el crecimiento), potenciar (la creación de empleo), acelerar (el regreso a la creación de empleo), rejuvenecer (la actitud de la sociedad española), recuperar, fortalecer, reformar…Repite sin complejos la palabra España en numerosas ocasiones, para la que quiere una regeneración a veinte años, ha hablado de valores constitucionales como la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad, que ha mezclado con un vocablo poco escuchado de boca de los políticos «sueños», al mismo tiempo que pregona con claridad que el protagonismo es de toda la Nación, y repite, de la Sociedad, no del Gobierno, aunque es consciente de que se le juzgará «por sus aciertos», no por sus intenciones. Añade, además, dos conceptos que marcarán su trayectoria: transparencia y diálogo, básicos para recuperar la confianza exterior, el primero, y, para la interior, el segundo.
Fernando Vilches
Director Dep. de Lengua Española de la Universidad Rey Juan Carlos
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