Castilla y León
OPINIÓN: Tabaco y velocidad
El tabaco y el exceso de velocidad en la carretera son dos plagas de nuestro tiempo. Nuestra sociedad ha venido siendo permisiva con fumadores y conductores sin freno. Pero ya menos, afortunadamente. Gracias al empeño de nuestros gobernantes, fumar y correr en la carretera pasan hoy por conductas antisociales. Es cierto que, como enseña la Iglesia católica, a los que gobiernan un país no les compete la tarea de educar moralmente a los ciudadanos. Pero el tabaco y el exceso de velocidad no son cuestión de moral particular. Son materia ética, es decir, universal. Todos padecemos los efectos nocivos de estas conductas. Por eso está fuera de lugar la demagogia de quienes han salido en defensa de los derechos de los fumadores. Que si en este país se está prohibiendo todo, que si lo que han de hacer es cerrar las tabacaleras...Y hasta el alcalde de una ciudad castellana se ha permitido comparar la persecución de los fumadores con la persecución antisemita. Pero, ¿qué idea se han hecho de la libertad estas personas?, ¿es que la libertad de fumar y correr en la carretera de unos pocos va a estar por encima del derecho a la vida y a la salud de todos? Lo más lamentable de todo esto es que seguramente no pocos de los que se erigen hoy en defensores de los valores y los principios morales se cuentan entre los que fuman y alivian su ansiedad pisando el acelerador. Y es que siempre ha habido pecados y pecados... pecados que han merecido la condena inmediata y pecados que han recibido la mayor indulgencia. Ya es hora, sin embargo, de llamar a las cosas por su nombre y de abrir los ojos a los pecados más mortales de nuestra sociedad.
Víctor MÁRQUEZ PAILOS
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