Barcelona

Tony Leblanc: «He trabajado hasta agotarme»

Protagoniza «Los económicamente débiles», que regala LA RAZÓN el viernes

Con casi 90 años, continúa en activo
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La verdad es que Tony Leblanc (89 años recién cumplidos) no recuerda muchas cosas de la película «Los económicamente débiles», que rodó en 1960, dirigido por Pedro Lazaga. Y no es por la edad: es que han pasado muchos años y muchas películas por la vida de esta leyenda del cine y el teatro español cuya excepcionalidad alcanza hasta el hecho de haber nacido en el Museo del Prado. «Debería haber sido pintor», me dice. Recuerda, eso sí, que el principio de la película era muy bueno, «con mucho suspense, porque unos misteriosos señores, con pinta de gánsters, hablan de un tipo que va a venir a solucionarlo todo, y el que llega soy yo para entrenar al equipo de fútbol local».

-El equipo se llama Casa Mata y está en segunda regional. No sé si haría buen papel como entrenador de fútbol.
-Yo tampoco, pero me adapto. Soy el más veterano y polifacético actor de este país: soy músico, bailarín, actor, he bailado claqué, he boxeado, he jugado al fútbol, he dirigido revistas y cine, he hecho radio y mucha televisión, he sido promotor de boxeo, he escrito canciones, teatro...

De 1960 recuerda que él y su mujer, Isabel, se arruinaron al organizar dos campeonatos de Europa de boxeo en una misma velada. «Perdimos 780.000 pesetas; todo lo que teníamos ahorrado».

-El título, «Los económicamente débiles», parece que ni pintado para estos tiempos de crisis...
-Sí. Yo no hablo de política nunca. Empecé a trabajar en una dictadura y seguí trabajando en una democracia. He trabajado con todos y todos me han querido. No diré nunca si quiero más a la derecha o a la izquierda.

-Hablábamos de la crisis, Tony.
-Bueno, la crisis vino de América, como todos saben, y al venir de tan lejos, Zapatero no la reconoció al principio. Lo que me hace gracia es que ahora Rubalcaba dice que él lo va a arreglar todo. Coño, si llevas un montón de años de vicepresidente, ¿por qué no le has dicho antes al presidente cómo se arregla esto?
Los 60, 70 y 80 fueron para Tony una auténtica locura laboral. Me cuenta que precisamente en los 60 estaba haciendo en Barcelona, en el teatro, «Ven y ven al Eslava», con Concha Velasco. Dos funciones diarias. «Y cuando terminaba en el teatro me iba al cabaret Río a tocar la guitarra y contar cosas; entonces me surgió el rodaje de "La fiel infantería", en Lérida. Así que todos los días me hacía 190 kilómetros me vestía de soldado, rodaba, y volvía a coger el coche para llegar a tiempo al teatro. Los médicos decían que me estaba suicidando, y es que tomaba siete cafés solos y cargados todos los días, con siete cafiaspirinas, para no quedarme dormido; esto resume mi vida».

-Y así llegan luego los infartos...
-He sufrido dos, y antes fue el accidente. Me han hecho 39 operaciones. Y aguanto. Me llaman para hacer cosas, pero no me encuentro bien. Eso sí: no tengo ni una arruga en la cara. Los médicos no se creen lo mío. Cuando nací, no lloré hasta los tres días. Sonreía. Ahí está la clave. He trabajado como un tonto hasta el agotamiento, trabajé hasta el día de la muerte de mis padres, pero he sido muy feliz: he dado educación a mis ocho hijos e Isabel sigue a mi lado. No me quejo de nada.

-¿Tiene algo pendiente?
-Sólo repetir todo lo que he hecho regular, un 50 por ciento, para hacerlo mejor. Sólo eso.