Constitución

El Senado cuenta con una vía de escape para renovar el TC

Ahora, más que nunca, el Senado necesita una vía de escape o fórmula «milagrosa» para sacar adelante la renovación del Tribunal Constitucional. Y es que, una vez dictada la sentencia del Estatut, la pelota está en su tejado. Y la andadura no será nada fácil, ya que desde el PP no tienen la menor intención de retirar a su candidato Enrique López.

La Razón
La RazónLa Razón

Todo apunta a que mañana la Mesa de la Cámara Alta echará por tierra el recurso presentado por los populares, a tenor del informe de los servicios jurídicos de la Cámara, que, una vez más, rechazaba de pleno la propuesta del PP. Una decisión que podría bloquear de nuevo el proceso.Y es precisamente para evitar esta situación por lo que el presidente del Senado, Javier Rojo, podría tomar las riendas y pedir nuevos candidatos directamente a los grupos parlamentarios que conforman la Cámara Alta, según explican fuentes parlamentarias. Así, si el proceso actual de renovación del TC fracasa, ya no serían las comunidades autónomas las que tendrían la última palabra, sino los partidos políticos. Esta fórmula procede del artículo 184.7 del Reglamento del Senado, que regula la renovación de los miembros del Alto Tribunal, y que fue reformado en mayo de 2007. Sin embargo, esta salida «in extremis» tampoco lleva aparejado el éxito. Tras la reunión de mañana, y con 22 candidatos sobre la mesa, es más que probable que Rojo convoque la Comisión de Nombramientos para la semana del 12 de julio. Una vez hayan comparecido todos los candidatos, se elegirán cuatro nombres, que aún deberán recibir el visto bueno de los senadores en el Pleno que tendrá lugar, posiblemente, el próximo día 20.Y aquí se toparán con un grave obstáculo: para ser elegidos es necesario que PP y PSOE sumen sus votos y alcancen así la mayoría de tres quintos que exige la Constitución. Una situación que se antoja imposible tras el rechazo de Enrique López. Y por este mismo motivo, resulta complicado que salga adelante la segunda fórmula ideada por la Cámara. Y es que, de nada servirá que los grupos parlamentarios designen a sus propios candidatos si no se llega a un consenso. Cierto es que el Senado quiere dejar el tema resuelto en julio, pero el final parece aún lejano.