Bogotá
Santos apunta a un nuevo amanecer en Colombia
Buenos Aires- En su primer día como presidente de Colombia, Juan Manuel Santos calificó a su equipo de trece ministros como «mejor que el Real Madrid». Ellos serían sus «galácticos» y Santos, el flamante entrenador. Como dijo el mandatario, «el objetivo de este equipo es meter muchos goles» o, lo que es lo mismo, encarar con éxito los grandes retos del nuevo Gobierno que sucede al de su mentor, Álvaro Uribe.
En materia de política exterior, Santos afronta quizás su misión más delicada. El Jefe de Estado tendrá que desplegar todo su talante para conseguir que Hugo Chávez y su séquito de bolivarianos entierren el hacha de guerra. En el discurso que ofreció tras recibir la banda presidencial, el presidente tendió la mano al líder caribeño. «Uno de mis propósitos fundamentales como presidente será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador, restablecer la confianza, y privilegiar la diplomacia y la prudencia», dijo.
En la agenda de Santos tampoco podía faltar la seguridad. Si por algo se destaca el nuevo presidente –como ya demostró como ex ministro de Defensa– es por su eficiencia a la hora de combatir a la guerrilla. A este respecto, el mandatario envió un mensaje inequívoco a los grupos armados: «A todas las organizaciones ilegales las seguiremos combatiendo sin tregua ni cuartel».
Diálogo con condiciones
Sin embargo, Santos también dejó abierta la puerta del dialogo. «A los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación, les digo que mi Gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicación de la violencia», afirmó durante su discurso. «Eso sí –insistió–, sobre premisas inalterables: la renuncia a las armas, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión, a la intimidación».
Prosperidad social
Pero su objetivo principal es disminuir el desempleo –el más elevado del Continente– y la pobreza que asola al país. Para ello Santos tiene la receta clara: trabajo, trabajo y trabajo. Y en esto quiso ser enfático al subrayar que «la prioridad, la obsesión de mi Gobierno, será la generación de prosperidad social a través de la creación de puestos de trabajo».
Por último, Santos tratará de recomponer las maltrechas relaciones que su antecesor, Álvaro Uribe, mantuvo con la Justicia colombiana. Antes de dejar el cargo, el ex presidente denunció por prevaricación al magistrado encargado de juzgar a su hijo, Tomás Uribe, al que se acusa de haber cometido una presunta irregularidad administrativa encaminada a conseguir la reelección presidencial de su padre.
Esa misma Corte fue también la que rechazó el referéndum para la reelección de Uribe. En este aspecto, Santos se muestra dispuesto a pasar página y hoy mismo tiene prevista una reunión con los magistrados.
Grandes retos para el presidente de Colombia, que, sin embargo, cuenta con el viento a favor. La mayoría en el Congreso le permitirá realizar los cambios con la celeridad oportuna.
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