Alonso ambicioso en Australia

Pocas horas antes de que comience el Mundial de Fórmula Uno, Fernando Alonso se mostró de lo más ambicioso a la hora de afrontar del reto de resarcirse del final del campeonato del año pasado y recuperar el cetro mundial. «El objetivo cuando se corre para Ferrari no puede ser otro que luchar por el campeonato del mundo. Es la historia de Ferrari, su poder, y no hay otro objetivo», comentó en una multitudinaria conferencia de prensa en Melbourne.

El piloto asturiano confesó que se muere de ganas por empezar a competir, después del retraso provocado por la suspensión del Gran Premio de Bahrein. «Desde la última carrera del año pasado ya han pasado muchos meses. Luego llegó la cancelación de Bahrein y otros quince días más de espera, y se hace largo. Pero ya está aquí la primera carrera y tengo muchas ganas de empezar otro campeonato, otra aventura», señaló.

Alonso considera muy importantes las primeras carreras. «Espero tener la suerte de cara y sacar muchos puntos. Son carreras muy traicioneras, con muchos abandonos y coches de seguridad. Son una locura», dijo.

Sobre las novedades que presenta el campeonato en cuanto al cambio en algunas reglas, el asturiano considera que «los nuevos neumáticos pueden hacer las carreras más emocionantes. Hay que tener un coche muy rápido porque con cualquier estrategia suele ser el que se acaba llevando el título».

Esta temporada, los pilotos se verán obligados a hacer más paradas en boxes, así que las carreras ganarán en emoción. «Vamos a tener que parar más veces y por tanto habrá más oportunidades para acertar o para equivocarse. Espero que estemos acertados en la mayoría de las carreras, sabiendo que en algunas meteremos la pata, pero como le pasará a todo el mundo», indicó Alonso.

Por último, el piloto ferrarista recordó su debut en el circuito australiano, hace diez años: «Llegar aquí, correr un Gran Premio de Fórmula-1... Recuerdo muchos nervios, mucha impaciencia porque llegase el domingo y por fin estar en la parrilla de salida. Los días de espera fueron larguísimos, pero emocionantes».