África

El Cairo

Los pobres toman el protagonismo de la revuelta egipcia

Los Hermanos Musulmanes, el principal grupo opositor egipcio, de corte islamista, aunque en los últimos años haya dado un giro público hacia la «moderación», afirman que no buscan desatar una revolución islámica en Egipto, como explicaba ayer a LA RAZÓN Mohamed Baltaghy, uno de los pocos líderes del grupo que aún no ha sido arrestado.

Manifestantes de El Cairo, rezan bajo la amenazadora presencia de un carro de combate
Manifestantes de El Cairo, rezan bajo la amenazadora presencia de un carro de combatelarazon

«Esta revolución es la revolución del pueblo, de todos los egipcios, y no será de tipo islamista», garantiza Baltaghy.

Pero a nadie se le oculta que son, precisamente, los «hermanos» quienes detentan el poder de sacar a las calles a una mayoría de la población, sobre todo a las clases más humildes, que empiezan a cobrar protagonismo en las actuales protestas.

En las calles de El Cairo, de Alejandría, de Suez, cada vez se escuchan más gritos de «Alá es grande» y «No hay más Dios que Alá», y esto indica que los jóvenes de clase media alta, laicos y con educación superior, están cediendo su sitio a la gran mayoría de los egipcios, a ese 40 por ciento de la población que vive en la pobreza y se aferra a la religión como única alternativa y que es muy manipulable.

Son los que más han sufrido las penurias del régimen de Mubarak y en este momento están en las calles clamando por una vida digna. Como un funcionario de mediana edad, con un sueldo de 40 euros al mes y cuatro hijos, que nos decía, con lágrimas en los ojos, que ha llegado necesariamente el momento del cambio. Y los «hermanos» han liderado las peticiones de mejoras y reformas desde siempre, aunque ahora no quieren figurar a la cabeza del moviento, para evitar darle bazas a Mubarak y para que las cancillerías occidentales no se alarmen.

«Estamos en el corazón de la revolución, somos parte de ella, pero junto a todo el pueblo», se esmeraba Baltaghy a la hora de disipar recelos. Aunque es imposible que no se mire hacia el islamismo egipcio, sobre todo si no surge ninguna alternativa política fuerte, no contaminada por un colaboracionismo de años.


Saqueos y daños en el Museo Egipcio
Un número no determinado de antigüedades del Museo Egipcio en El Cairo fueron dañadas y en algunos casos destrozadas en actos vandálicos que se produjeron en la madrugada de ayer. Imágenes de televisión muestran vitrinas rotas, estatuillas hechas pedazos y dos momias mutiladas en una acción de saqueadores ajenos a la revuelta. Anoche, civiles y soldados formaron un cordón protegiendo el museo, que contiene más de dos millones de piezas arqueológicas.