Tokio

Premio al sacrificio de Fukushima

Por representar «los valores más elevados de la condición humana», el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia 2011 se otorgó ayer a los misteriosos «héroes de Fukushima», el grupo de operarios anónimos de la empresa japonesa Tepco que trabajan sin descanso en el interior de la planta nuclear afectada por el tsunami del 11 de marzo, poniendo sus vidas en riesgo y evitando una catástrofe de proporciones difíciles de adivinar.

Un grupo de trabajadores restauró la electricidad de la central
Un grupo de trabajadores restauró la electricidad de la centrallarazon

Para el jurado, su abnegación supone un «ejemplo de coraje ante la adversidad, de sentido del deber y de conciencia cívica». Los propios Príncipes enviaron, horas después, un telegrama al embajador nipón, Fumiaki Takahashi, felicitándole y elogiando la labor de estos operarios, que «han expuesto sus propias vidas para evitar una catástrofe medioambiental y humana de alcance mundial». Takahashi agradeció el premio, que les dará «ánimo y coraje» a los damnificados.

La salvación de Tokio
El galardón ha llegado apenas dos días después de que el ex primer ministro nipón Naoto Kan revelase nuevos detalles referentes a la catástrofe en una entrevista publicada por el diario «Asahi». La máxima autoridad durante la crisis ha admitido ahora que si los «héroes de Fukushima» hubieran abandonado la central a su suerte, habría sido necesario evacuar la capital nipona y «es posible que hoy no hubiera nadie en Tokio y residuos radiactivos decenas de veces superiores a los de Chernóbil se podrían haber dispersado por toda la zona».

Aunque la importancia de los servicios prestados resulta indiscutible, todavía no se ha escrito la última página sobre estos trabajadores. En especial, en lo que atañe a su estado de salud y a las condiciones bajo las que accedieron a poner su vida en peligro. Sometidos a una estricta política de privacidad, su verdadera historia es un misterio. Además, muchos de ellos siguen aún dentro del recinto enfrentándose a un problema que, en el mejor de los casos, no podrá darse por finiquitado antes de 2012. Los pocos datos que se han filtrado resultan inquietantes. Se sabe, por ejemplo, que no los dotaron del equipamiento adecuado (ni siquiera botas aislantes durante las primeras semanas) y que trabajaron en condiciones precarias. También se sospecha que al menos una parte de ellos no decidieron sacrificar sus vidas por motivos altruistas o por amor a la empresa, sino que fueron reclutados con medias verdades acerca de los riesgos que afrontaban y un talonario de por medio. El fotógrafo Kazuma Obara, el único periodista que ha conseguido infiltrarse en la central haciéndose pasar por un trabajador, asegura que quienes siguen allí no son informados en tiempo real de la mayoría de las noticias, sobre todo de los niveles de radiación. «Los obreros no saben cuál es la finalidad de su trabajo, lo que resulta muy perjudicial para su propia motivación», describe Obara. «No quiero ni pensar cómo se sienten los ingenieros que trabajan en el interior de los reactores».


La JMJ, finalista y «agradecida»
La organización de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid felicitó a los «héroes de Fukushima» por el galardón, del que la JMJ ha sido finalista. La candidatura de la JMJ recibió más de 10.000 adhesiones apenas una semana después de que se hiciera pública su nominación al Príncipe de Asturias a la Concordia 2011. «Estamos conmovidos por la aceptación que ha tenido nuestra candidatura a estos premios», aseguró monseñor César Franco.