España

ANÁLISIS: El preocupante aumento de la trata de menores

La Razón
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- ¿Es habitual que se produzcan hechos de este tipo?
–La trata de personas con fines de explotación sexual es un problema preocupante en España si bien es cierto que suele afectar más a mujeres extranjeras que a españolas. Sin embargo, en los últimos años España se ha convertido en la puerta de entrada para la esclavitud sexual, según ha denunciado recientemente Save The Children. La ONG alertó de que cada vez hay más casos de niñas de entre 14 y 17 años de origen nigeriano, rumano y búlgaro que llegan a nuestro país para ser explotadas. Según Asociación Para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (APRAMP), el 20 por ciento de las mujeres víctimas de explotación sexual atendidas durante este año en Madrid son menores de edad.

- ¿Es habitual la presencia de españoles en este tipo de organizaciones?

–Lamentablemente, sí. El Ministerio del Interior detectó en 2009 la presencia de 17 bandas internacionales de trata de personas que actuaban en España. El 79 por ciento de las organizaciones contaban con españoles entre sus filas. La mitad de estos grupos actúa en varios países. Normalmente suelen tener un grupo de apoyo en el país de origen para captar a las víctimas y otro en el país de destino para gestionar la «mercancía», que suele ser trasladada de ciudad en ciudad de forma periódica.
 
- ¿Cuál es la causa de la llegada masiva de menores rumanas a España en los últimos años?
–Es uno de los problemas más preocupantes. Desde la entrada en la Unión Europea, los ciudadanos rumanos pueden circular libremente por los países miembros. La presencia de menores rumanas explotadas en españa se ha disparado en los últimos años. Suelen llegar engañadas, vendidas por sus propios familiares o secuestradas en sus localidades de origen. El proceso es siempre el mismo, les retiran la documentación, les prometen un trabajo en la hostelería y acaban en un club de alterne, amenazadas y explotadas en jornadas ininterrumpidas de 12 horas, en las que llegan a ofrecer hasta 40 servicios sexuales. El problema es de difícil solución porque, según denuncia APRAMP, cuando son rescatadas de las redes de estas organizaciones y regresan a sus países de origen, vuelven a caer en manos de las mafias por la falta de recursos sociales de su país.