Equipos Primera División
300 millones después nada
Fin de ciclo. La remontada de Juande Ramos le acredita como entrenador capacitado para entrenar a cualquier equipo. Pero no es suficiente para el Real Madrid porque el título que le prorrogaba el contrato no llegará. Ni la Liga garantizaba su continuidad. Él lo sabía. Su provisionalidad, pese a que el interino Boluda sopesó la posibilidad de renovarle con el fulgor de los fuegos fatuos, es extensible a todos los estamentos del club. Si la comisión electoral no enreda y los comicios se celebran el 14 de junio, el siguiente Madrid tendrá que ser nuevo. La catarsis es justa y necesaria. Trescientos millones de euros después, dilapidados en los últimos 30 meses, el equipo da grima. Las ausencias de Van Nistelrooy, Diarra I o Pepe no ocultan la realidad que dibujó el Barcelona en el Santiago Bernabéu. Y no hay color, o sí, sólo uno, el azulgrana. Hace años que el Barça compite con un patrón de juego, su auténtico hecho diferencial. Cruyff lo impuso y el club, excepción hecha de Van Gaal, lo ha mantenido. Después de Rijkaard, Guardiola, recuperador de valores y restaurador del fútbol maravilloso. El Barça sabe lo que quiere; pero, ¿y el Madrid? Capello, Heyn-ckes, Hiddink, Toshack, Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, más Capello, Schuster, Juande Ramos... ¿Cuál es el estilo? Después de 12 entrenadores y los últimos 300 millones invertidos en fichajes, ninguno.
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