España

Revientan las suturas de la Sanidad

La crisis y la bancarrota de las Administraciones públicas amenazan con hacer saltar por los aires el Sistema de Salud en 2011. Los remedios articulados por el Ministerio sólo han servido para deteriorar aún más la economía del sector 

Revientan las suturas de la Sanidad
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Si 2010 ha sido un «annus horribilis» para la Sanidad española, como afirma rotunda la ex ministra Ana Pastor, 2011 puede ser el de su estallido definitivo.

Los síntomas que deja el enfermo en sus últimos doce meses de convalecencia no invitan, desde luego, al optimismo... Alrededor de 15.000 millones de euros de déficit; una cifra récord global de deuda con los laboratorios farmacéuticos por los fármacos hospitalarios de más de 3.500 millones de euros; otra equivalente con los proveedores de tecnología y de productos sanitarios; los salarios de médicos, enfermeras y auxiliares recortados por decreto por primera vez en la historia en porcentajes desmesurados; la economía de las oficinas de farmacia destrozada; la Sanidad privada en pleno temblando ante una posible eliminación del modelo Muface, retrasos injustificables para los pacientes...

La radiografía del Sistema Nacional de Salud (SNS) vaticina catástrofe para el próximo año, y los especialistas en la materia no atisban tratamiento adecuado para rescatarlo de una bancarrota que el coyuntural tijeretazo no ha logrado mitigar.

En 2010, el estado de quiebra que siempre se ha empeñado en negar el Ministerio pese a la evidencia de los datos ha ido empequeñeciendo otros hechos no menores. El principal, el relevo por sorpresa de Trinidad Jiménez tras su fracaso en las primarias de Madrid por una profana en el sector, Leire Pajín. Éstos son los principales hechos que, al margen de la crítica situación financiera del sistema, jalonan los últimos doce meses sanitarios:

- Nueva Ley del Aborto:
el Gobierno justificó su redacción en la necesidad de reducir el número de embarazos no deseados en España. De momento, sólo lo ha logrado en las mujeres inmigrantes, cuyo número es muy inferior al de otros años por la crisis. Sanidad habla también del efecto beneficioso de las liberalización de la píldora del día después, pero nada dice del descenso en el consumo de preservativos, ni del posible aumento de las enfermedades de transmisión sexual derivado de ello.

- Lucha contra el tabaco: el año concluye con una nueva ley restrictiva contra el consumo de tabaco, la segunda desde que el PSOE está en el poder. Paradójicamente, con la primera aumentó el número de fumadores en España. La nueva norma veta el tabaco en bares, restaurantes y lugares cerrados, y no financia las terapias para abandonar el hábito. Poco antes de su aprobación, Economía decidió aumentar el precio de las cajetillas para recaudar más, lo que ha sido calificado de «doble moral» por parte del PP.

- Pacto por la Sanidad: El rechazo del PP y CiU y la abstención del PNV dieron al traste con los planes del Ministerio de Sanidad articulados a través del diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. La oposición y los nacionalistas no avalaron el proyecto por discrepancias absolutas con su contenido. El texto, por ejemplo, abogaba por aumentar los impuestos de alcohol y tabaco para financiar la Sanidad, proceder a la progresiva eliminación del sistema Muface (lo que dejaría sin asistencia privada a 2,2 millones de funcionarios y familiares), o analizar la ampliación del copago de los fármacos.

- Desigualdad sanitaria: la decisión de cinco autonomías, a las que podría sumarse una sexta, de obstaculizar la prescripción de algunos fármacos autorizados por el Ministerio de Sanidad ha destapado con toda la crudeza la ruptura de la cohesión y de la equidad en el Sistema Nacional de Salud. El último y demoledor informe del Consejo Económico y Social (CES) pone el dedo en la llaga al denunciar las diferencias en las carteras de servicios o en las retribuciones de los profesionales sanitarios.

- Trabajadores sanitarios: Es una de las áreas en las que menos se ha hecho: el Gobierno ha recortado su salario por decreto, mientras las plantillas menguan en las autonomías por culpa de la crisis. Al mismo tiempo, algunas comunidades han paralizado la carrera profesional ante la falta de fondos. En el terreno profesional, las enfermeras les siguen ganando la batalla a los médicos a cuenta del desarrollo de la prescripción.