Nueva York

Asad se queda sin tiempo

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Al líder sirio, Bachar Al Asad, parece que se le está agotando el tiempo y ha sacado toda su artillería a las calles de Damasco para impedir que el Ejército Libre Sirio tome el control de los suburbios de la capital. Las fuerzas del régimen reforzaron ayer sus posiciones, con un gran despliegue de efectivos de seguridad y tanques en las afueras de Damasco.

Las fuerzas leales a Asad bombardearon de nuevo las áreas de Arbin, Guta Este y Samalka, que ya habían sido recuperadas el lunes tras enfrentarse con militares desertores. Según fuentes de la oposición, los militares y las Fuerzas de Seguridad dispararon indiscriminadamente contra varias viviendas de Samalka, mientras que en Arbil decenas de personas fueron detenidas.

Bombardeos y fuertes explosiones se oyeron también en Guta Este, donde cerca de 40 personas han perdido la vida en los enfren-tamientos de los últimos días. En este distrito, las fuerzas de régimen están llevando a cabo represalias contra la población civil, saqueando viviendas y comercios, además de haber cortado los suministros de agua, luz y todas las comunicaciones. Ante el aumento de la represión, muchos vecinos de la periferia se han visto obligados a huir de sus hogares.

El control por los suburbios de la capital ha degenerado en una «guerra de guerrillas» que se ha saldado con varios centenares de muertos en los últimos días. La ofensiva de ayer se produjo después de que el Gobierno sirio anunciara que las fuerzas del régimen habían recuperado el control total de la periferia de Damasco, y prometió continuar con la lucha contra los «grupos terroristas».

En los últimos días, las Fuerzas de Seguridad han llevado a cabo lo que denominan una operación a «la caza del terrorista» en los distritos urbanos de Duma, Harasta, Saqba, Hamoria y Kafar Batna, según informó ayer en un comunicado el Ministerio del Interior. Un eufemismo, sostienen los desertores, de la batalla sangrienta y sin cuartel que mantiene el régimen sirio contra la sublevación popular. Algunos grupos opositores declararon ayer «día de luto» por el centenar de muertos del lunes a causa de la represión de las fuerzas gubernamentales.

La mayoría de víctimas proceden de la ciudad de Homs, donde se registraron 76 fallecidos, y también hubo muertos en la sureña provincia de Deraa, Idleb y en las afueras de Damasco.

Mientras el Ejército sirio carga contra la población civil, en el Consejo de Seguridad de la ONU se debatió ayer la situación de los derechos humanos en Siria. Sobre la mesa de negociaciones estaba un borrador de resolución presentado por Marruecos, que respalda la iniciativa de la Liga Árabe que exige la salida de Asad.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, pidió al Consejo de Seguridad que evite ser «cómplice» de la prolongada ola de violencia que atraviesa el país. «Tenemos que posicionarnos: o estamos al lado del pueblo sirio o somos cómplices de la prolongada ola de violencia que vive el país», aseguró.

Pese a sus amenazas de veto, el embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, abrió anoche la puerta a un posible consenso después de que en el texto se hayan incluido algunas de las propuestas rusas. «Hemos encontrado algunos elementos de nuestro texto, y esto da motivos para la esperanza», explicó Churkin.

Mientras, el embajador sirio, Bashar Jaafari, negó cualquier responsabilidad de su Gobierno en la crisis que atraviesa el país. En cambio, acusó a Estados Unidos y sus aliados de tratar de conquistar un nuevo territorio con sus posiciones, ya que según ha dicho desean «volver al colonialismo y la hegemonía».