Tierra sí pero

«Estamos intentando averiguar por qué la pista resbala tanto. Hace unos días no era así y estamos trabajando, incluso por la noche, para mejorar las condiciones», aseguró ayer Carlos Moyá. El mediador entre el torneo y los jugadores no podía ocultar su preocupación por las continuas quejas de los tenistas. Rafa, uno de los más críticos, se olvidó ayer del azul durante 80 minutos. Los que duró su partido ante Davydenko.

Fue una tregua que concluyó en el mismo instante en que fue cuestionado a pie de pista por LaSexta. «La pista no es para sentirse cómodo, pero bueno… Mañana no va a ser roja con lo que esperaremos que el año que viene cambie», aseguró. Media hora más tarde, después de haber pasado por la ducha, más en frío, prosiguió: «Yo digo la verdad y la verdad es que las pistas son completamente diferentes al resto y para ser mi primer partido en unas circunstancias tan extrañas, he estado muy bien. He jugado mejor de lo que esperaba».

A Nadal se le mezclan dos sensaciones. Está encantado de jugar en casa –«mi motivación y mi ilusión es mayor que en otros torneos», dice–, pero cree que la organización debería apostar por unas condiciones más favorables para los jugadores locales. Su rival de hoy, Verdasco, ya lo anunció: «Para que gane un español tiene que haber más tierra y tienen que regar más». Para Nadal, los dos «trucos» no parecen suficiente. «Tengo muy pocas oportunidades de jugar en casa, en mi país, con mi público y echo en falta que nos favorezcan las condiciones del torneo un poco más. La organización debería preocuparse, como sucede en otros sitios, de ofrecer las condiciones que nos vienen bien», reflexionó Nadal. «El torneo en sí es fantástico, no puede mejorar mucho porque a los jugadores nos dan todo tipo de facilidades, pero…»

Y volvió a cargar contra la pista, aunque considera que el momento de hablar de ello ya ha pasado. «Está lejos de ser una pista de tierra», afirmó. Rafa solicitó a la organización jugar con zapatillas de hierba para mejorar el agarre. Lo hizo sabiendo que está prohibido y recibió la negativa por respuesta. No quedaba otra. Que la superficie resbala es una de las críticas unánimes de los jugadores y aquí Nadal es uno de los más afectados. Sus apoyos en los golpes defensivos y el recuperar la posición se resienten.

Rafa, visiblemente enfadado por lo recurrente del tema, se erigió, una vez más, en portavoz de los jugadores. Una posición que ya hizo oficial en su momento, en el Consejo de Jugadores, pero que le sirvió de muy poco. «Pienso que no estoy equivocado con la pista porque casi todos piensan como yo».

Mañana llegará al torneo el que Nadal ha considerado como gran culpable de que en Madrid se esté jugando en «unas circunstancias extrañas», Brad Drewett, presidente de la ATP. El mandamás del circuito conoce las quejas de los jugadores y está dispuesto a comprobar «in situ» si la pista resbala tanto como aseguran. La visita de Drewett puede ser importante para confirmar la continuidad o no de las pistas azules en próximas ediciones. La vigencia es sólo por este año y hasta verano no se decidirá si las pistas azules sobreviven o pasan a la historia.

Hombres.

Segunda ronda.
RAFA NADAL (ESP/N.2) a Nikolay Davydenko (RUS) 6-2, 6-2.
DAVID FERRER (ESP/N.5) a Radek Stepanek (RCH) 7-6(4), 6-2.
Stanislas Wawrinka (SUI) a Jurgen Melzer (AUT) 6-1, 6-4.
Marin Cilic (CRO) a John Isner (USA/N.8) 7-6(4), 7-6(3).
Alexandr Dolgopolov (UCR/N.16) a Andreas Seppi (ITA) 6-7(5), 7-6(5), 6-3.
Gael Monfils (FRA/N.12) a Igor Andreev (RUS) 6-3, 1-0 y abandono.

Mujeres.

Tercera ronda.
Na Li (CHN/N.8) a Angelique Kerber (ALE/N.12) 7-5, 6-4.
Samantha Stosur (AUS/N.5) a Petra Cetkovska (RCH) 6-3, 6-2.
Segunda ronda.
Agnieszka Radwanska (POL/N.4) a Sara Errani (ITA) 6-0, 6-1.
Roberta Vinci (ITA) a Yanina Wickmayer (BEL) 6-1, 6-2.
Ekaterina Makarova (RUS) a Maria Kirilenko (RUS) 6-4, 6-4.
Lucie Hradecka (RCH) a Petra Kvitova (RCH/N.3) 6-4, 6-3.