Brasil
Antonio Anglés será «inocente» en breve al prescribir el brutal crimen
En noviembre se cumplirán 20 años del asesinato de Miriam, Toñi y Desireé, niñas de Alcàsser
Valencia- Todo el mundo lo da por autor material de un crimen que nunca se le comunicó fehacientemente y del que nunca pudo declarar ni mucho menos ser juzgado. En cualquier caso, para los anales de la historia, Antonio Anglés será el asesino de la niñas de Alcàsser: Miriam, Toñi y Desireé, y probablemente, es tan cierto como que amanece todos los días.
En cualquier caso, uno de los crímenes más brutales de la historia y con mayor repercusión, también tiene fecha de caducidad, en lo que a responsabilidad penal se refiere.
Dice la doctrina que la prescripción de un delito corresponde a la «extinción de la energía vindicativa del Estado frente a un crimen» y en este caso puede ser que la «energía vindicativa social» no se haya extinguido porque, al menos, en la Comunitat Valenciana, el crimen de Miriam, Toñi y Desireé no se ha olvidado ni mucho menos.
Otra interpretación más antigua afirma que el fundamento de la prescripción es «la impericia del Estado para encontrar al culpable», y esta circunstancia sí que se cumple en este caso, si bien las fuerzas y cuerpos recuerdan la persecución a Anglés como la mayor caza al hombre desarrollada nunca en España.
Lo bien cierto es que el próximo 13 de noviembre se cumplirán veinte años de la muerte de las tres niñas de Alcàsser, de catorce y quince años.
Y con ello se cumplirá la prescripción del delito. La fecha exacta puede variar unas semanas, quizá un par de meses, según se computen los veinte años desde el momento de los hechos, 13 de noviembre, o desde la primera requisitoria dictada por el Juzgado de Instrucción de Alzira, que instruyó el crimen.
A principios del año 2013, Antonio Anglés, vivo o muerto, lamentablemente será inimputable o, a efectos prácticos «inocente» de un delito que muy probablemente cometió, pero por el que ya no se le puede juzgar.
Diversas fuentes jurídicas consultadas trataron de rechazar la prescripción buscando en las distintas requisitorias dictadas un argumento para alargar más el plazo en el que Anglés seguirá siendo un prófugo de la Justicia, para aceptar finalmente la dolorosa y tozuda realidad de que el delito prescribe.
Se podrá atender a órdenes de búsqueda internacionales dictada por la jueza incluso en 1995, como la orden de extradición en Brasil, pero tendrá poco recorrido. Y se dará la paradoja de que Miguel Ricard continúe en prisión por la doctrina Parot, y Anglés, de estar vivo, podría «aparecer» y volver a la normalidad sin que pese sobre él más que el odio de un país entero, que nunca entendió tanta brutalidad sobre tres inocentes niñas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar