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Bruselas

El Gobierno japonés reconoce una grave recesión económica por el seísmo

Japón vuelve a la recesión, una situación que técnicamente se alcanza después de dos trimestres consecutivos con datos de crecimiento negativos.

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Tras acabar 2010 en números rojos, su Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 0,9% entre enero y marzo. Muchos analistas pronostican que lo peor está por llegar y anuncian que la economía seguirá empeorando de aquí a finales de año.
El tsunami que arrasó la costa noreste el 11 de marzo y el accidente nuclear que se desencadenó en Fukushima, parecen haber contribuido a hundir las perspectivas de un país que, en todo caso, lleva 20 años arrastrando una angustiosa crisis en la que cada «brote verde» viene acompañado de una nueva recaída. Es cierto, eso sí, que los indicadores anunciaban un repunte a principios de 2011, esperanza que también ha sido arrasada por las olas gigantes del tsunami.
Sucede, además, que en la central de Fukushima (hacia donde los focos mediáticos han dejado de apuntar por puro aburrimiento), la situación sigue «muy grave», por utilizar las mismas palabras con las que lo definió ayer la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en Bruselas. Es cierto que algunos pequeños avances se han logrado, pero la refrigeración sigue realizándose con mangueras desde el exterior, mientras se acumulan toneladas de agua contaminada.
La tragedia que está viviendo el país afecta a todos los sectores de la economía, empezando por el energético. Las producción industrial, que quedó paralizada y que ha sufrido severos cortes de electricidad, también ha perdido enteros. Por no hablar de la pesca, las exportaciones o el turismo internacional, ahuyentado por el pánico atómico. Poniendo todos estos datos juntos, el ministro de Política Económica y Fiscal, Kaoru Yosano, achacó ayer abiertamente la entrada en recesión al impacto del seísmo.
Los analistas se han mostrado especialmente preocupados por los datos de consumo interno, del que depende cerca del 60% de la economía japonesa. Parece que el pesimismo, que ha cobrado terreno en el archipiélago en estas dos décadas de problemas económicos, se ha agravado a causa de la cadena de desastres que azotaron el país, haciendo caer un 0,6% el consumo privado.
En resumen, un panorama muy negro para un país que está viviendo 2011 como uno de los peores años de su historia.