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El «alcalde» de Carabanchel
La Razón pasó un día con el concejal de Carabanchel, Carlos Izquierdo, que acaba de tomar posesión como viceconsejero de Inmigración, Voluntariado y Cooperación de la Comunidad de Madrid. Los concejales de distrito son los primeros en enterarse de los socavones, los bancos rotos o el botellón y son los que le toman el pulso a la ciudad y escuchan a diario a los vecinos.
De la administración más cercana a la viceconsejería más cercana con quienes vienen de otro país. De ser "el alcalde de Carabanchel"a Un Ayuntamiento como el de la capital de España es inabarcable desde el punto de vista de un vecino y prácticamente inaccesible visto por un foráneo. Sin embargo, Madrid cuenta con una figura que, lejos de ser un político de esos que sólo salen en los periódicos, atiende a diario las necesidades de los madrileños: el concejal de distrito.
9.00 horas: Firmas
Carlos Izquierdo, concejal de Carabanchel, comienza el día con una montaña de carpetas sobre su mesa. En cada montón tiene un cartel con el tema al que pertenecen los papeles que contienen para que, bolígrafo en ristre, autorice ayudas sociales, fondos para las inspecciones de sanidad o licencias de funcionamiento. «Todo son temas bastante urgentes porque la ayuda tiene que llegar al día siguiente y los negocios tienen que abrir cuanto antes», explica.
10.00 horas: Reunión
Después de terminar con los trámites burocráticos que luego se reparten por los distintos departamentos en un carrito como los del supermercado, el concejal se reúne con sus asesoras directas -Ana Camello, consejera técnica; Sonsoles Medina, gerente, y Esther Platero, asesora- para tratar los temas del día y las previsiones de la semana. «A veces estamos hasta dos horas porque me cuentan las asociaciones que quieren hablar conmigo, si tengo cita con algún vecino, los actos previstos, las quejas, etc», comenta.
11:00 horas: Café
Después se toma un pequeño descanso para tomar un café en la cafetería Marpls, justo detrás de la Junta del Distrito. De camino se encuentran con José Juan Castellanos, presidente de la Hermandad de Santiago, una de las más antiguas de Carabanchel. «Hombre Izquierdo», saluda con alegría y asegura que para muchos vecinos, el concejal es el alcalde de Carabanchel. «Aquí cuando tenemos que ir a la Junta a por algo siempre decimos que vamos al Ayuntamiento», explica. De regreso se encuentra con Carmen, una vecina de la misma plaza en la que está la Junta, que asegura que es «muy accesible».
12:00 horas: Visita
Es habitual que los vecinos se acerquen al concejal cuando sale a tomar café y también que lo hagan cuando, un par de veces a la semana, acude a algún rincón del distrito a «echar un vistazo». «Nosotros somos los primeros en saber qué hay roto, o dónde se hace botellón, porque somos a quienes se quejan los vecinos, como debe de ser», señala. Hoy toca visitar las obras de remodelación de la piscina cubierta de uno de los polideportivos de Carabanchel, el de La Mina. Antes de que se haga la inauguración oficial, Izquierdo se interesa por el estado de las obras y el tiempo que falta para que los vecinos vuelvan a disfrutar de las instalaciones. «Si no salgo a ver algo del distrito procuro reunirme con los vecinos. Cualquiera que quiera hablar conmigo puede conseguir una cita en pocos días», asegura.
14:00 horas: Comida
La hora de la comida casi siempre suele tener agenda propia. Para no perder el pulso de Carabanchel es habitual que tenga programada una comida con los comerciantes de algún barrio, asociaciones de vecinos o los clubes deportivos. El distrito tiene dos equipos de fútbol en tercera, el Real Club Carabanchel y el Puerta Bonita. «Creo que este año subimos a Segunda B», afirma con orgullo de forofo.
17:00 horas: Trabajo de calle
«Para ahorrar energía todos los edificios municipales se cierran a las cinco así que toca seguir trabajando en la calle», explica Izquierdo, que aprovecha la tarde para acudir a alguna conferencia o coloquio que se celebre por el barrio y, ahora, disfrutar del Festival de Cine de Carabanchel, que cuenta con el prestigio de haber sido los primeros en premiar algunos cortos españoles que han llegado a los Oscar. «Y siempre hay algo extraordinario como la presentación de Madrid 2020 que te lía un día o dos a la semana», reconoce.
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