Schwarzenegger deja California «en apuros»

Arnold Schwarzenegger se despide como Gobernador de California tras agotar los dos mandatos que permiten las leyes de este Estado. Llegó a la casa rosa de Sacramento tras derrotar al demócrata Gray Davis hace siete años y no será recordado por ser un buen administrador. Schwarzenegger ha sido un hombre, en ocasiones una máquina, recuerden «Terminator», de acción antes de ser político.

El republicano más raro de la historia de su partido le da el relevo a otro demócrata cuestionado, Jerry Brown. El que un día fuera una estrella de Hollywood, dueño de hamburgueserías por todo el planeta y creador de la obsesión por los gimnasios, deja California con un deuda que duplica la que encontró al llegar a su oficina. Hay dos cosas por las que los californianos le están agradecidos; sus triunfos legislativos en el campo medioambiental por pasar una ley para cortar la producción de gases y por mejorar las carreteras. De hecho, hay una palabra que se usa mucho en California y que hasta ahora nadie utilizaba: «Infraestructuras».

Lo primero que hizo el austríaco es cambiar su código postal en Sacramento 95814 por el de Bel Air 90210, donde ha mantenido a su familia. No puede presentarse a la carrera presidencial porque para ese puesto no vale la ciudadanía sino haber nacido en EE UU. Y no las tendría todas consigo. Su legado es poco y sus fracasos muchos, el déficit que ha dejado tiene arruinado a un estado considerado una mina de oro. La soleada California no levanta cabeza y sus presupuestos tardaron casi dos años en ser aprobados.

En una entrevista concedida al periódico «Los Angeles Times», Schwarzenegger aseguraba que su carrera como político no había terminado, aunque sí sus apariciones en el cine. «Desde trabajar en la industria de la salud, el medioambiente, escribir libros o dar discursos puedo seguir como político. Hay una inmensa variedad de puertas que puedo abrir. Ninguna de ellas tiene nada que ver con el cine».

Tras sus vacaciones esquiando en Austria, Schwarzenegger quiere incorporarse al equipo del presidente Obama para ayudar en su política medioambiental. «La gente es receptiva al oírme hablar de estas cosas porque yo soy un conductor de Hummer, no un hombre que abraza árboles». En su lucha por el medio ambiente ha creado en mitad del desierto de Mojave la mayor planta de energía solar del mundo, que se abrirá en 2013 y producirá electricidad para 140.000 hogares.