Afganistán
«Islamabad necesita nuestro apoyo»
«Pakistán nos necesita para mantener sus intereses en Afganistán cuando se retiren las tropas internacionales –a finales de 2014–», explica a LA RAZÓN, el mulá Abdullah, 32 años y combatiente del grupo Haqqani, que es el puente entre el Talibán –afgano y local– y Al Qaida.
Según este experto en explosivos, desde el asalto a la Mezquita Roja en julio de 2007, el movimiento Tehrik-e-Taliban (TTP) ha declarado la guerra al Gobierno paquistaní, que «teme perder nuestro apoyo también». Por ese motivo «el Ejército es reacio a actuar contra la red Haqqani y a emprender acciones contra Lashkar-e-Toiba (LeT), cuyos campos de entrenamiento se encuentran en Cachemira».«El ISI reconoce que Jalaludin Haqqani y su hijo, Sirajuddin, son muy valiosos para Pakistán y están bajo su protección» y subraya que la detención del mulá Baradar fue ordenada por Haqqani. «El ISI conocía su paradero y no pensaba entregarlo. Pero al descubrirse que mantuvo negociaciones con Karzai, Baradar se convirtió en un elemento peligroso para Pakistán y los propios talibán».
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