El PP baraja votar «sí» a la reforma laboral

MADRID- No suenan igual, en principio, las explicaciones del PP sobre qué hará en la votación de la reforma laboral con las razones que manejaba en vísperas de que el Parlamento ratificara el decreto de ajuste del déficit. No hay ni un «sí» ni un «no» oficial, pero cuando se pulsa el sentir de la dirección del partido la balanza se inclina por respaldar los cambios en el mercado laboral, y por no alinearse con la izquierda en el voto en contra. Antes de fijar su posición definitiva el PP reclama «papeles» –el Gobierno dijo que se los enviaba ayer tarde, junto al resto de grupos–. Su discurso de confrontación con la política económica del Gobierno incluye una oferta de apoyo con condiciones: una vez despejadas las «contradicciones» que está escuchando estos días, la reforma debe ser «eficaz y de calado». «Pero esto no es como la subida de impuestos o el tijeretazo a los pensionistas», explica un miembro del Comité de Dirección popular. Las condiciones genéricas previas del PP para dar ese apoyo concuerdan a priori con la música que llega del Gobierno: más libertad en la negociación colectiva, medidas para que los trabajadores ganen estabilidad en el empleo y así deje de haber un 90 por ciento de contratos temporales, y actuaciones para que el empresario tenga más flexibilidad en su relación interna con los trabajadores. ¿Apoya el PP un nuevo tipo de contrato que permita abaratar el despido? La respuesta es reivindicar el modelo de reforma laboral del 97, que sirvió, precisamente, para impulsar una modificación en la línea del contrato de fomento del empleo, con una indemnización de 33 días, lo que permitió, tal y como presumen los populares, la firma de hasta 10 millones de contratos. Génova no quiere que su posición quede resumida en el eslogan de que avala el abaratamiento del despido, pero, no se opone a que se estudien fórmulas que reduzcan la indemnización a cambio de estabilidad y dentro de un plan global que tenga en cuenta a las pymes y a los jóvenes. El próximo martes el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se reunirá con Cristóbal Montoro, para buscar puntos de encuentro, un día antes de que el Consejo de Ministro apruebe el decreto. En un acto de partido, Rajoy mantuvo su crítica contra la gestión de la crisis del PSOE y ratificó que ninguna de las comunidades del PP subirá los impuestos, ni siquiera a los «ricos». «Subirlos, como hacen ahora los socialistas, es malo para el crecimiento económico».