Psiquiatría
ANÁLISIS: Sale perdiendo el menor por Javier Quintero
¿Cómo pueden afectar la diferencia de edad a las relaciones afectivas?
–La diferencia de edad en sí misma no tiene por qué suponer una traba relevante en las relaciones, salvo cuando una de las partes es notablemente mas inmadura que la otra. Este desbalance puede afectar a la toma de decisiones por la parte mas inmadura y llevarle a hacer cosas de manera poco reflexiva. Si a esto le añadimos la impulsividad propia de la adolescencia y la sensación de enamoramientos, entendida como un fenómeno de enajenación mental transitorio, como definía Ortega y Gasset, tenemos un coctel no poco frecuente, pero habitualmente con poco recorrido.
Precisamente, en una relación amorosa profesor/a - alumno/a, ¿se produce a su vez algún tipo de vínculo o relación de poder?
–Sin duda es una de las claves importantes en este tipo de relaciones, incluso mas importante si cabe que la diferencia de edad o de maduración. En muchos países está mal visto o es motivo de expulsión del docente, cuando esto ocurre, precisamente por la situación de poder que representa.
En España, el límite de edad en el consentimiento sexual es de 13 años. ¿A qué edad se supone que un joven puede obtener una mínima madurez sexual?
–La madurez de la personas no la marca la fecha de nacimiento, sino un proceso mas complejo de desarrollo evolutivo, que le debe hacer transitar desde la infancia y llevarle a la edad adulta. Este periodo que llamamos adolescencia es sumamente convulso, con muchos cambios físicos y psicológicos y entre ellos la maduración sexual es uno de los puntos clave. En este escenario convergen las experiencias relacionales y afectivas previas, el contexto moral y social y en muchas ocasiones la presión de grupo y el impacto de los medios de comunicación, con las «series de moda». Encontramos adolescentes que a los 13 años pueden ser lo suficientemente maduros como para comprender el significado de una sexualidad plena, mientras que a otros esa maduración tardará aún mucho tiempo en llegarles. Como en todos los procesos madurativos no se debe forzar el desarrollo.
Javier Quintero
Jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor
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