Refrescos de cola por Marina CASTAÑO

Hemos pasado ya la Navidad, dejémosla ir, y si bien es el período del año después del cual más separaciones se producen, también hay que decir que es la época del año en que más embarazos se producen, en muchas ocasiones no deseados. Se ha dicho que el uso del preservativo ha disminuido con la venta libre de todo tipo de píldoras que impiden la concepción o que la detienen, pero hay métodos caseros que la gente todavía practica. Hace no mucho leí que algunas personas practicaban el uso de «duchas vaginales» con refrescos de cola, en la creencia de que mata a todos los espermatozoides, sin saber que no elimina ni a uno solo y que, además, puede dañar los tejidos internos y las mucosas, provocando graves alteraciones. Es probable que este tipo de refresco ablande los filetes, afloje las tuercas o quite el óxido de los metales. También que alivie el ardor de estómago, dé euforia, nos mantenga despiertos o, como mínimo, nos quite la sed. Pero su uso como anticonceptivo es absolutamente inútil, y no pensemos que esta práctica se habrá reducido a algunos casos aislados: es un caso que se ha estudiado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, y me imagino que allí no se dedican a perder el tiempo en nimiedades. Sé bien que hoy día hay mucha más información que en los heroicos años en que nuestra anterior generación tenía que no sólo buscarse la vida, sino que inventársela, y de aquellos polvos (nunca mejor dicho) vinieron estos lodos, fruto de la ignorancia. Así, pues, dejémonos de fórmulas mágicas y vayamos a lo seguro. Y lo del condón, por favor, no sólo para prevenir un embarazo, sino por razones higiénicas.