España

La ruina de las hipotecas en yenes se agudiza por la apreciación de la divisa

Corren malos tiempos para aquellas personas que optaron por firmar su hipoteca en yenes, un producto financiero muy popular en España cuando los bajos tipos de interés del país asiático animaban a ello por las sustanciosas rebajas en las cuotas que ofrecía.

La Razón
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La divisa japonesa se apreció ayer a su nivel máximo frente al euro en nueve años al cerrar en 106,64 yenes, y en quince años frente al dólar, que se cambiaba a tan sólo 84,55 yenes, noticia poco esperanzadora para esas personas que han visto cómo sus hipotecas se convertían en una ruina, especialmente en los últimos dos años. La divisa comunitaria ha perdido un 37% de su valor frente al yen desde julio de 2008, cuando cotizaba en el entorno de los 168 yenes, lo que se ha traducido en un fuerte empeoramiento de las condiciones hipotecarias de aquellos que tienen un préstamo en la moneda japonesa. Cuanto más se aprecia ésta, más crece la deuda contraída y con ella las cuotas mensuales a pagar. Recibir la renta en euros pero devolver el préstamo en yenes significa que hay que pagar más euros por los mismos yenes que se necesitan para amortizar la hipoteca concedida.


86.000 euros más de deuda
Un préstamo de 150.000 euros firmado hace dos años en yenes se elevaría así hasta los 236.000 euros, incrementándose la deuda con el banco en algo más de 86.000 euros, a los que hay que descontar el importe satisfecho en este tiempo mediante el pago mensual de las cuotas, un verdadero drama para muchas personas que no supieron calibrar correctamente el riesgo al que se exponían. En algunos casos no fueron informados correctamente y en otros no comprendieron que con el movimiento de la divisa nipona, no sólo podía subir la cuota, sino también el importe total de la deuda contraída.

La situación puede seguir empeorando en los próximos tiempos, ya que mientras el yen siga revalorizándose, el préstamo continuará encareciéndose. La única luz al final del túnel es que las autoridades japonesas intervengan y frenen la escalada de la divisa para no perjudicar al sector importador nipón, muy afectado ya y cada vez menos competitivo con los tipos de cambio actuales.

De momento, el Gobierno japonés se resiste a ceder a las presiones y reitera su mensaje de mantener una actitud cooperativa con el Banco de Japón, institución con poco margen de maniobra debido al bajísimo nivel de los tipos de interés, situados en el 0,1%.