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«London river» una madre frente al caos

Brendan Blethyn protagoniza este filme sobre los atentados del 7-J 

«London river», una madre frente al caos
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Un día de julio, como cualquier de estos que vivimos, de hace cinco años, Londres perdió los nervios a causa de un ataque terrorista islámico. Con las semanas supimos que 56 personas habían muerto y más de 700 coparon los hospitales. En las horas y días posteriores, la incertidumbre cegaba más que la niebla londinense. Y en ese preciso instante conocemos a Ousmane (Sotigui Kouyate) y a Sommers (Brenda Blethyn). No pueden parecerse menos: él es un maduro africano con rastas residente en Francia, ella es una viuda de guerra, católica, que apenas se mueve de la pequeña isla en el Canal de La Mancha en la que vive. A ambos les carcome la ausencia de sus hijos, a punto de irse de vacaciones cuando se produjeron las explosiones. Temores e ignoranciasBlethyn nos comenta sus impresiones sobre una cinta que la llevó de festival en festival el año pasado. Para empezar, no cree que su protagonista sea racista, como podríamos deducir por la reacción que tiene durante los primeros encuentros con el africano: «Algunos temores e ignorancias son peores que los prejuicios. Éste es el caso de Elizabeth. Si yo estuviera en el público pensaría también que mi personaje es racista, pero lo que pasa en realidad es que la audiencia ya conoce a Usman por lo que hemos visto en la película. A ella la han sacado de su entorno, es una mujer ignorante, en el mejor sentido, si es que lo hay, y además está asustada», asegura la protagonista de «Secretos y mentiras».Doble tragediaEs tal su fuerza en la pantalla que uno no es capaz de olvidar su voz nasal, lo que se hace mucho más evidente en el cara a cara. Insiste en defiende a su personaje: «Recordemos que un día le llama un desconocido para ir a un hotel barato y es un entorno bastante hostil. Luego se da cuenta de que su hija vive ocultando cosas. Además, la razón por la que está en Londres ha sido un atentado y en el barrio al que llega todos son musulmanes, incluidos los policías. Al final, cuando se da cuenta de su error, pide perdón». La tragedia de esta madre es doble, pues además de la desolación de no saber dónde está el cuerpo de su hija ni cuál es su estado se suma la desazón de constatar que, en realidad, la joven le ha ocultado en los últimos meses los grandes acontecimientos que han ocurrido en su vida: «Probablemente eso le llevará a la tumba. Le pesará siempre ese sentido de culpabilidad, preguntándose ¿por qué no confió en mí? ¿Es que creía que no aprobaría lo que hizo, con quién vivía...? Aunque también es cierto que, probablemente cualquier chico con el que se relacionara, levantaría sospecha para ellas». La multiculturalidad del filme no es nada impostada y la responsabilidad es del director, Rachid Bouchared, acostumbrado a pisar terrenos resbaladizos como demostró el pasado Cannes con «Hors la loi», sobre el pasado colonial francés en Argelia. «Viene del teatro y eso nos ayudó mucho para establecer una conexión especial entre los actores, confiesa Blethyn. Una actriz apasionada por todo lo que hace, normalmente madres coraje: «Muchas madres pueden identificarse con ellas. En todas las partes tienen los mismos problemas y nadie les celebra».DAÑOS COLATERALESDirector: Rachid Bouchareb. Intérpretes: Brenda Blethyn, Sotigui Kouyaté, Francis Magee, Sami Bouajila.Gran Bretaña-Francia-Argelia, 2009. Duración: 87 minutos. Drama.Rachid Bouchared («Días de gloria») contempla los daños colaterales del terrorismo en dos personajes que, de no ser por los atentados del 7 de julio del 2005 en Londres, no habrían cruzado ni una sola palabra. Primero la desesperación, y luego el duelo, unen los caminos de dos seres antitéticos: una mujer de campo, ajena al ruido de la capital y católica devota, y un africano musulmán, que llega a Londres sin hablar inglés y buscando a un hijo al que no ve desde hace casi dos décadas. Es Elisabeth la que experimenta una conmoción más intensa en su viaje: no sólo descubre que su hija ha sido víctima de los atentados sino que tenía una relación amorosa con un árabe. Bouchareb fuerza el arco evolutivo del personaje contrastando la emocionalidad a flor de piel de la interpretación de Brenda Blethyn con el estoicismo telúrico del actor malí Sotigui Kouyaté, que trabaja con la rigidez del cuerpo la solidez estupefacta de este hombre que debe enfrentarse con los prejuicios de una sociedad asustada a la vez que lidia con su propio dolor. Se trata de elaborar un discurso esperanzado a partir de la confrontación con la pérdida: según Bouchareb, todos somos iguales ante la injusticia y la muerte, y darnos cuenta de ello puede abrir caminos a la tolerancia. Sin embargo, la cinta nunca se muestra interesada en profundizar en el contexto, preocupada en manipular los sentimientos de sus dos estereotipos. Muy buenas intenciones para un mensaje ya trillado: allí donde el cine se vuelve didáctico pierde la oportunidad de explorar la verdad íntima de dos personajes incrustados en una ensalada de tópicos. SERGI SÁNCHEZ