La venganza de los sindicatos

MADRID– Los sindicatos amenazaron ayer de forma velada con una huelga a Mariano Rajoy por su reforma laboral. Aunque ni CC OO ni UGT lo explicitaron, sí dejaron entrever que supeditarán la convocatoria de una huelga general al apoyo de la sociedad y a que el Gobierno cambie la reforma laboral durante la tramitación del real decreto aprobado el pasado viernes. Pero con 5,2 millones de parados no tienen asegurado el éxito de una posible huelga. Prueba de ello fue el fracaso de la anterior, convocada en septiembre de 2010 contra la reforma de laboral de Rodríguez Zapatero, cuyo seguimiento fue escaso. En aras de no verse una vez más desacreditados, y ante una crisis económica sin precedentes, los sindicatos han preferido anunciar de momento, tras reunirse ayer con sus principales ejecutivas para analizar la reforma laboral, que convocarán movilizaciones el próximo 19 de enero en toda España para informar a la sociedad de la reforma.

Los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, anunciaron que acudirán a su cita de este próximo lunes con la ministra de Empleo, Fátima Báñez, para trasladarle su malestar y rechazo a la reforma laboral. «Será una marcha contra un decreto ley que facilitará y abaratará el despido» y «permitirá a las empresas una rebaja general de sueldos», según opinaron ayer ambos líderes sindicales. Toxo calificó la reforma de «radical» y de desmantelar «progresivamente el derecho de los trabajadores». Según el representante sindical es «una reforma impuesta por el FMI, el BCE, Alemania, Francia y la CEOE» que resalta la falta de autonomía del Gobierno.

Con un discurso de la misma índole del que lanzaron en el año 2010 contra el ex presidente Zapatero, los sindicatos apuntaron que la reforma «acelerará la destrucción de empleo al abaratar el despido».

Denunciaron que sólo se toque la contratación estable y no se simplifique la contratación, que se elimine el contrato ordinario, no se acabe con la temporalidad y que se cree un nuevo contrato para empresas de hasta 50 trabajadores que «nace para instalarse definitivamente», apuntaron. Un contrato, en opinión de UGT y CC OO, que permitirá a las pequeñas empresas el «despido libre», al poder tener de prueba durante un año a un trabajador al que no se necesitará indemnizar, apuntaron.

Las frases recurrentes
Toxo acusó al Gobierno de «intervencionista». El líder sindical acudió de nuevo a la política del miedo: «Las medidas en materia de desempleo, tienen un tufo que asusta», apuntó, «en el que se ve al cobrador de la prestación por desempleo como un delicuente». Los sindicatos emplazaron a la ministra a abrir un proceso de negociación para corregir los objetivos de la reforma. «La ministra de Empleo, Fátima Báñez, tiene la oportunidad de convocar la mesa de diálogo social, algo que no ha hecho», concluyó Toxo.

Para Cándido Méndez, la aprobación de esta reforma «ha sido un atropello al derecho de consulta con los agentes sociales». El secretario general de UGT, calificó la reforma como la del «despido único y del despido como única vía a la crisis». «Es una reforma inútil y desequilibrada» que no ayudará a crear empleo, subrayó. «Va a destruirlo en el corto plazo y en el medio no va a resolver ningún problema, si no que va a precarizar aún más el mercado de trabajo y a acelerar la llegada de los seis millones de parados», concluyó. 

Reacciones
Fátima báñez
«Una norma muy pensada»
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, aseguró ayer que el objetivo de la reforma laboral es evitar que haya más despidos en las empresas españolas. Añadió que la nueva regulación ha sido «muy pensada y reconoce los derechos adquiridos de los trabajadores».