Ministerio de Justicia

Siete magistrados del Supremo juzgarán a Garzón por prevaricación

El Tribunal Supremo ha rechazado gran parte de los testigos propuestos por el juez Baltasar Garzón para que declarasen en el juicio que afrontará por un delito de prevaricación, en relación con la investigación que llevó a cabo en la Audiencia Nacional sobre los crímenes del franquismo.

Gran parte de los testigos que propuso el juez se han rechazado
Gran parte de los testigos que propuso el juez se han rechazadolarazon

MADRID- Entre esos testigos figuraban los tres magistrados de la Sala Penal que avalaron la competencia de Garzón para instruir ese procedimiento, el fiscal jefe de la Audiencia, Javier Zaragoza, el ex fiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo y expertos internacionales en jurisdicción internacional, como el magistrado chileno Juan Guzmán –que procesó a Pinochet– o la ex fiscal del TPI Carla Ponte.
Esta decisión ha sido adoptada por la Sala que juzgará a Garzón por estos hechos, que estará integrada por siete magistrados, lo que constituye una novedad, en vez de cinco, despuésde que una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal prevea tribunales con esa composición para determinados casos.
Para rechazar esos testigos, el Supremo esgrime que se aprecia que sus testimonios puedan guardar relación con el delito de prevaricación del que se le acusa en este procedimiento.


Pedreira rechaza apartarse del «Gürtel»
El juez que instruye el «caso Gürtel» en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, ha rechazado la recusación presentada contra él por la defensa del principal implicado, Francisco Correa, quien le acusaba de parcialidad y de tener interés en la causa. Pedreira afirma que «no se ha convertido en enemigo del reo, ni ha generalizado el modelo del Derecho Penal del enemigo, ni se deja llevar por eventuales prejuicios o apariencias». Además, asegura que no tiene ninguna «tendencia inquisitiva», pero que sólo es el ciudadano quien tiene derecho a defenderse, ya que la sociedad no puede permanecer «inerme e indefensa ante los comportamientos delictivos», informa F. Velasco.