Brasil

La caza no es el mayor peligro para las ballenas

La caza no es la mayor amenaza a la que se enfrentan ahora las ballenas en el mundo, pues los "accidentes"como colisiones con buques y quedar enredadas en redes de pesca causan la muerte de miles de esos cetáceos cada año, afirmó hoy en Panamá un directivo de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

"Todavía hay cacería, pero las cosas que ponen en peligro a las ballenas provienen de factores distintos a ésta", afirmó el secretario ejecutivo de la CBI, Simon Brockington, en un foro organizado en la Ciudad de Panamá por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

Según el funcionario de la Comisión, las ballenas mueren "al ser atrapadas en redes"de pesca "que no eran para ese propósito, y también por colisiones con buques".

Brockington cifró en unas 1.900 las ballenas que son cazadas cada año, pero según estimaciones de los científicos de la Comisión, unas 300.000 podrían morir "por otros factores"totalmente diferentes.

Grupos ambientalistas cifran en alrededor de 100.000 las ballenas, delfines y otros cetáceos muertos por accidentes con embarcaciones, los enganches en redes de pesca y la contaminación de los mares.

Durante su exposición, el secretario ejecutivo de la Comisión Ballenera señaló que ese organismo, creado en 1946, ha influido de manera determinante en la conservación de las ballenas, aunque admitió que en su seno existen corrientes divergentes sobre el tratamiento que debe darse a esos cetáceos.

La Comisión tiene programas "muy importantes"de conservación, como el plan estratégico (2011-2015) para el avistamiento de las ballenas, lo que demuestra que el organismo "está cambiando de actitud"frente a la forma de explotar el negocio ballenero.

"El cambio siempre es difícil. La Comisión se crea para lidiar con la cacería de ballenas y los puntos iniciales daban apoyo a esa idea, pero después de 60 años se han registrado cambios", insistió.

En los últimos 20 años se ha desarrollado el concepto del avistamiento de ballenas, especialmente en Centro y Suramérica, recalcó el funcionario.

Sin embargo, Brockington sostuvo que en la Comisión aún falta un consenso entre los países miembros que permita delinear mejor su futuro.

"Lo que necesitamos es un proceso de confianza y diálogo para que los gobiernos puedan sentarse y manejen el futuro de la organización (...) porque hay diferentes prioridades nacionales", añadió.

La 64 reunión anual de la CBI comenzó el pasado día 11 en la capital panameña con la instalación del Comité Científico del organismo, que en esta cita tendrá la prohibición de la caza de ballenas en el Atlántico Sur como uno de los temas centrales.

Ambientalistas latinoamericanos alertaron que la 64 reunión, cuyo plenario se celebrará a
comienzos de julio, será clave para determinar si la Comisión es capaz de responder por la conservación de las ballenas o si es necesario otro mecanismo.

Hay que "convencer"a grandes cazadores como Japón de que "una ballena viva vale más que una ballena muerta", ha dicho José Truda, exdelegado de Brasil en la CBI y ahora dirigente de la organización no gubernamental Centro de Conservación Cetácea.

Truda afirmó a Efe que tiene un "poco de esperanza"en que en la reunión se imponga la "posición conservacionista", porque existen "gestiones de alto nivel los con países del bloque japonés"que promueven la caza de ballenas.

"Pero si no es así, si la CBI continúa haciendo lo mismo, creo que la región tiene que evaluar si quiere continuar siendo parte de eso o si debemos ir a la ONU a exigir algún otro tipo de marco para tratar el tema de la conservación de los grandes cetáceos", opinó el investigador brasileño.