Cádiz

La Vía Augusta de la economía por José Clemente

La Razón
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España es un país serio y, Murcia, una Región igualmente seria, por eso cuando sus dirigentes políticos aparcan sus pequeñas y a veces ridículas diferencias da gusto vivir en España, o en Murcia que nos dan esos días que invitan a dormir a pierna suelta. Lo digo por el acuerdo alcanzado ayer en San Esteban entre el Gobierno, oposición, agentes sociales, entidades bancarias, cajas de ahorro, universidades, Colegio de Economistas y otras muchas instituciones de la Región para impulsar el «Plan Estratégico 2014-2020», que deberá estar listo dentro de nueve meses, con el firme propósito y la voluntad común de sacar a la Región del pozo en el que se encuentra. No es hora de reproches por muy justificados y gratificantes que puedan resultar, como tampoco lo es de la lisonja fácil que suele perturbar los sentidos, especialmente los que más se necesitan ahora como la mesura y la lucidez. Vivimos tiempos difíciles que nos exigen apuestas valientes y sesudas, pero también generosidad en la mano tendida para sumar y sumar, que es lo único que de verdad nos salvará a todos.

El acuerdo alcanzado ayer tuvo su prolegómeno el pasado viernes cuando el Gobierno, la patronal y los sindicatos lograban ponerse de acuerdo en trazar una especie de Vía Augusta contra la crisis. Como recuerdan, la Vía Augusta fue la calzada romana más larga del Imperio con 1.500 kilómetros de longitud por territorio de la antigua Hispania, que unificó a los pueblos mediterráneos desde Cádiz al Pirineo y a la Junquera con la Galia y Roma, además de ser una vía de comunicación que permitió el mercadeo y el tránsito de las legiones por todos esos territorios. Un camino común como el logrado en San Esteban para unificar todas las energías que nos haga encarar el futuro con optimismo y podamos pasar página a este capítulo de la novela negra que elegimos. El Plan Estratégico cuenta con una hoja de ruta bien pergeñada, con los mejores de Murcia al frente de cada grupo de trabajo, con todos los datos que precisen a punto de caramelo y con la experiencia política y económica suficientes para llevar la nave a buen puerto. Hay solvencia sobrada y contrastada, que debe hacerse acompañar de la voluntad y la generosidad de remar todos a favor de Murcia, porque quien únicamente sale beneficiado es el pueblo murciano y todos los que lo hagan posible. No hay mayor reconocimiento. Nadie lo agradecerá tanto y mejor que las generaciones que vienen detrás de nosotros, sólo por ellos vale la pena éste o cualquier otro esfuerzo. No son 300, sino 30, pero como si fueran 300.000 y sobre sus espaldas se han depositado todas las esperanzas. La responsabilidad es enorme y debemos reconocérselo, a todos sin excepción, incluida la oposición política y la sindical. Ella es la primera en admitir que nadie hable ya del PSRM-PSOE, UGT o CC.OO., pues a los murcianos les preocupan otras cosas como la hipoteca y el llegar a fin de mes. Son los primeros olvidados de la crisis, por eso ayer la manifestación contra los ajustes resultó un verdadero fracaso.

Bien está, que bien lo vean y mejor aún que modifiquen su estrategia, unas medidas que aspiran a darle la vuelta como un calcetín a la economía de la Región con el fin de hacerla más competitiva y en sintonía con el proyecto «Europa 20-20». El acuerdo alcanzado nos recuerda aquel otro de «Hitos 20-20» impulsado por la ex consejera de Economía, Inmaculada García, un gran pacto, el último hace dos años, que Murcia necesitaba recomponer. Ahora, con los grupos de trabajo en marcha sólo toca ponerse a trabajar para hacer posible un alumbramiento económico y provocar el despegue que Murcia necesita para seguir soñando.