Teherán

Reporteras en primera línea de batalla

Crece el número de corresponsales femeninas en conflictos armados

Las periodistas aseguran que la ilusión por llegar el primero a la noticia les hace olvidar los riesgos
Las periodistas aseguran que la ilusión por llegar el primero a la noticia les hace olvidar los riesgoslarazon

Tradicionalmente, la imagen del corresponsal de guerra se ha asociado con el mundo masculino. Sin embargo, son muchas las mujeres que se encuentran en primera línea informativa de los principales conflictos armados mundiales. En España, cerca de una veintena de mujeres periodistas informan para los grandes medios de comunicación. Es el caso de Ethel Bonet, la corresponsal del diario LA RAZÓN en Oriente Medio. Afincada en Islamabad, asegura que sus ganas e ilusión por llegar primero a la noticia le hacen olvidar los riesgos que en ocasiones asume. Beatriz Mesa es la corresponsal en el norte de África de la Cadena Cope y del Periódico de Cataluña. A sus 28 años, ha sido testigo de las revoluciones en el mundo árabe, y ha vivido momentos dramáticos, como la muerte de dos compañeros en Libia. Asegura que pasa miedo durante los fuegos cruzados, pero que el corresponsal de guerra sabe los riegos que corre y los asume como algo normal.

Explica que, en países tan conservadores como Libia sólo trabajan y hablan con hombres y surge un sentimiento paternalista por su parte. «Por eso, me siento protegida. Todos quieren ayudarte y eso muchas veces te facilita el trabajo. Les sorprende mucho que una chica esté en pleno corazón del conflicto y te preguntan si tu marido te deja estar allí».

Atacados a tiros
Aunque actualmente se encuentra en Madrid, Susana Román, la enviada especial de Antena 3 a Libia, está deseando volver a ese país. Pese a vivir momentos especialmente duros, como los disparos de un francotirador al hotel en el que se alojaban y que hirieron a un compañero, Román afirma que está viviendo un auténtico sueño. «Estoy feliz porque siempre me he querido dedicar a esto», indica emocionada. Destaca la colaboración que le ha prestado la población libia, y desvela algunos de sus trucos a la hora, por ejemplo, de cruzar una frontera. «Me he ganado a muchos militares hablando del Madrid y del Barça», confiesa. Su siguiente objetivo: Siria y Yemen.

TVE es otro medio que cuenta con mujeres en los lugares más conflictivos del mundo. Es el caso de Yolanda Álvarez, que ha asumido recientemente la corresponsalía en Oriente Medio. Álvarez cubrió el conflicto iraquí en 2009, el enfrentamiento entre el Sáhara y Marruecos por el desalojo del campamento de El Aaiún, la «Primavera» de Túnez, la guerra de Libia y la revuelta popular en Yemen, entre otros. También en Televisión Española, otra periodista, Almudena Ariza, llevó diariamente a los hogares españoles la Guerra de Afganistán y la de Irak. Junto a ellas, Érika Reija, que ha cubierto las revueltas árabes, o Emilia Ayala, en México, también trabajan en áreas conflictivas.

Ángeles Espinosa, corresponsal de El País, es una de las más veteranas en estas lides. De hecho, cubrió íntegramente la II Guerra del Golfo. Actualmente se ha trasladado desde Teherán a Dubai, después de que las autoridades iraníes no renovaran su permiso de residencia. «No quieren testigos incómodos», afirmaba al abandonar Irán.


Las precursoras
La figura de la mujer como corresponsal de guerra no es algo reciente. En España, ya en 1909, una mujer, Carmen Burgos, narraba para el «Diario Universal» y para «El Heraldo de Madrid» la Guerra de Marruecos. Sofía Casanova, que cubrió las dos guerras mundiales y la revolución bolchevique, fue otra pionera española.