Argentina
España se moviliza para respaldar el «Sí a la vida»
Para Leonor y Francisco la vida es sinónimo de «familia, de cariño, de respeto por los mayores y sobre todo de amor». Ese sentimiento que profesan por sus siete hijos y que les «obliga» a pregonar muy alto: «Sí a la vida».
«El ataque a la familia es muy salvaje. Queremos que dejen de pisotearnos y de quitarnos la dignidad», explica Leonor que hoy espera que los ciudadanos se movilicen y salgan a la calle. Ella es un ejemplo del valor de cada vida humana: «Lamentablemente acabamos de perder nuestro octavo hijo». Pero es en estas situaciones cuando el apoyo de los más cercanos se siente con más fuerza. No es la primera vez que esta numerosa familia acude a manifestarse por la vida y, si es necesario, no será la última.
Paco tiene nueve años y, además de ser el mayor del clan, quiere ser como Casillas, el portero que hoy defiende a la Roja. Se lleva ocho años con la más «peque», Pilar, la única que no va vestida de verde porque no hay talla para ella, sólo tiene un año. Eso sí, mira curiosa el escenario donde hoy se leerá sobre la una de la tarde el manifiesto con el que concluye la marcha. Entre ellos: Jorge, Teresa, Leonor, Isabel, Pablo y Pilar , que esperan que alguno de los coordinadores «nos de un globo», dice Leonor, de 5 años; aunque como les ha garantizado su padre, «sino, llevaremos una gran bandera».
Mientras los niños corretean en plena Puerta del Sol con sus camisetas color esperanza, Fran y Leonor observan cómo los operarios ultiman el escenario de 100 metros cuadrados que ocupa gran parte de la plaza y que le da la espalda al famoso reloj. «No sabemos cuanta gente vendrá y aunque queremos que todas las familias celebren el Día de la Vida con nosotros, sabemos que no somos la única movilización y que muchos acudirán a las 78 concentraciones que se han convocado», afirma Leonor.
Convocatoria mundial
Al escenario subirán los representantes de las cuatro asociaciones que ejercen de portavoces. «Queremos que esta iniciativa se repita cada año con diversas actividades como conciertos », afirmó Carmina García Valdés, directora de la Fundación Red Madre. Junto a la Federación Española de Asociaciones Provida, la Fundación Madrina y Derecho a Vivir completan las 48 asociaciones adheridas a la causa. «Salimos a la calle para que los políticos sepan que no queremos leyes contra la vida, y para reclamar políticas eficaces de protección de la vida humana y la maternidad», comentó Gádor Joya, voz de Derecho a Vivir.
Otro de los grandes logros de la iniciativa española es el cariz internacional que ha tomado: «Todos están invitados, por eso es necesario que cada cual aporte lo que está en su mano», declaró Alicia Latorre, de las Asociaciones Provida. Ocho de las manifestaciones se disponen fuera de España. En Latinoamérica recorrerán ciudades de Perú, Guatemala, Argentina y México.
Y en Europa se han convocado tres en Rumania, una en Bélgica y otra en Eslovaquia. Sin embargo, España, con Madrid a la cabeza, lidera las movilizaciones. «En España a las personas mayores se las minusvalora, no se aprecia el cariño. Además, en nuestro país a la mujer la han machacado mucho, por eso nos hemos convertido en los abanderados de la lucha por la vida. Basta ya», explica Leonor. Entretanto, Pablo, de dos años, mira anonadado el ir y venir del centro de la capital.
Apolítica y aconfesional
Como explicó durante la presentación del acto Miguel Ángel Tobías, la convocatoria es «apolítica y aconfesional. Es una defensa de la vida». Tobías ha viajado a numerosos países subdesarrollados en los que ha comprobado que nuestra sociedad ha perdido los valores fundamentales: «En ocasiones es necesario vivir desastres como el de Haití para volver a valorar lo que tenemos, lo importante que es la familia, las personas mayores y los discapacitados, porque cualquiera de nosotros puede sufrir un accidente y cruzar la línea en algún momento», añadió.
Más de 800 voluntarios animarán la calle Alcalá con sonrisas, pancartas y globos. Pero, sin duda, los protagonistas serán los niños, a los que no les hace falta gritar «Sí a la vida», ya que con sus miradas curiosas, sus gestos y sus inquietudes reflejan sus ansias por vivir, por disfrutar de cada momento y de cada uno de sus familiares: de su abuelo que les cuenta cuentos, o de su tío que, a pesar de su dura enfermedad, lucha por superarla.
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