Policía

El secuestrador de Vallecas a prisión

Un completo desconocido para Tomás y su familia. Un hombre calvo y corpulento que no pasó desapercibido para algunos testigos que le vieron minutos antes en el bar; pero para Tomás era un cliente más. Nadie sospechaba que instantes más tarde, se convertiría en el malo de la película.

El secuestrador de Vallecas, a prisión...
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El secuestro de casi cuatro horas fue, seguramente, el tiempo más largo que Juan Carlos A.L. compartió con el dueño del bar. Pero, sin duda, el atracador consiguió su objetivo: llamar la atención por su situación de «angustia personal». Todos los medios de comunicación se hicieron eco del suceso y mantuvo en vilo a los vecinos del barrio. Ayer, en su afán de protagonismo, cuando vio las cámaras de televisión, intentó hablar con la Prensa, sin ser consciente de que su condición de detenido le impedía realizar su propósito. Su «angustia personal», caracterizada por su estado laboral –en paro con cerca de 50 años de edad y residiendo en casa de sus padres–, le empujó a asaltar a punta de pistola un negocio familiar que no es responsable de la crisis. Sin embargo, tuvo el detalle de pagar lo que consumió durante el secuestro. Sus intenciones estaban lejos de robar el contenido de la caja registradora: apenas 100 euros. En lugar de ello, se limitó a imitar las mejores versiones cinematográficas de robos con rendición incluida. El propio secuestrador alertó a las autoridades desde el bar y midió los tiempos de su negociación. Pasadas cuatro horas, decidió terminar con aquello y ayer pasó a disposición judicial. Pese a no tener antecedentes penales de ningún tipo, el titular del Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid, en funciones de guardia, ordenó ayer el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de Juan Carlos. En principio, cumplirá la pena en la unidad de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón bajo custodia policial, ya que, como él mismo declaró, está en tratamiento por depresión. Cuando reciba el alta médica, se le trasladará al centro penitenciario correspondiente, imputado por dos delitos de detención ilegal, un delito de tenencia ilícita de armas prohibidas y dos delitos de amenazas.

 «Quiero hablar con la prensa»
Muchas han sido las pistas durante el atraco que evidencian las intenciones de Juan Carlos en el suceso. Los medios que presenciaron su entrada en el juzgado pudieron comprobar que el atracador tiene afán de protagonismo y se confirma que asaltó el bar Tomás para llamar la atención. Al ver las cámaras de televisión y los fotógrafos, Juan Carlos (en la imagen, cuando entraba en el juzgado) dijo que quería hablar con los medios, sin percatarse de que su condición de detenido, le impedía acceder a ellos.