Europa

Barcelona

Piaggio cerrará la planta de Derbi y trasladará la producción a Italia

La multinacional italiana Piaggio ha dado el mazazo definitivo a la industria de la moto en Cataluña. La compañía ha decidido cerrar la fábrica de Derbi en Martorelles (Valls Occidental) y trasladar la producción a Italia. La decisión afectará a los más de 200 empleados de producción y compras que mantenía Derbi.

El anuncio se suma al del cierre en negociación de Yamaha y al que llevó a cabo anteriormente Honda también en Cataluña. Con la marcha de las multinacionales, en la comunidad sólo quedarán pequeños fabricantes de capital catalán como Gas-Gas y Rieju.

Derbi, filial de la italiana Piaggio, ha anunciado que se llevará la producción de su única fábrica de motocicletas en España, ubicada en Martorelles (Barcelona) y con unos 200 trabajadores, a Italia. En un comunicado oficial de Piaggio sobre resultados de 2010, la compañía indica en un breve apunte final que el consejo de administración ha aprobado "reestructurar"su actividad en España, afincada en Martorelles, en el marco de un proceso que supondrá "transferir la producción de este establecimiento a otras fábricas del grupo italiano".

Según Piaggio, esta decisión permitirá racionalizar su producción en Europa, garantizando una mayor eficiencia y productividad, y además reforzar la competitividad del producto y vehículos Derbi para apoyar el crecimiento de la cuota de mercado en España. El comité de empresa se ha reunido a primera hora de este martes con la dirección para conocer de primera mano las intenciones de la multinacional, que, de materializar el cierre, se sumaría al anunciado hace poco días por Yamaha, otro fabricante de motos con planta en Cataluña, con 388 trabajadores.

A finales de este mes de febrero, Derbi ya comunicó su intención de adjudicar a una de sus plantas italianas dos nuevos modelos (uno de 50cc y otro de 125cc) que tenían que empezar a fabricarse en la planta de la empresa en Martorelles a partir de este año, según la estrategia industrial pactada en 2009. Los sindicatos aseguraron entonces que esta decisión supondría que la planta catalana fabrique unas 3.800 unidades menos este año.

Los representantes sindicales aseguraron que era uno de los primeros pasos de la compañía para llevar a cabo la centralización de toda su producción en Italia, que es donde el grupo matriz tiene el resto de sus fábricas. La compañía ha justificado el traslado de producción por la necesidad de incrementar el nivel de actividad de las plantas de Italia, que son más grandes que la catalana y se encuentran infrautilizadas.

Los sindicatos se oponen
El secretario comarcal de la MCA-UGT del Valls Oriental-Maresme, Antonio Carrera, y el presidente del comité de empresa, Josep Maria Farrsha, han lamentado la decisión, puesto que hacía tiempo que la plantilla sospechaba que la multinacional quería trasladar producción a sus fábricas italianas y desmantelar la planta catalana, que cuenta con unos 200 trabajadores. Según Carrera, la medida afectará a las dos divisiones que la multinacional tenía en la factoría catalana (National Motor SAU y Piaggio), aunque el sindicato está a la espera de conocer más datos sobre la decisión del grupo italiano.

CC.OO considera que no existen motivos que justifiquen esta decisión, ya que la planta catalana ha obtenido beneficios en los últimos ejercicios, no tiene pérdidas económicas y es una de las más eficientes del grupo. En un comunicado, el sindicato ha argumentando además, que, a diferencia de las otras plantas italianas, la fábrica de Martorelles ha conseguido reducir los costes de producción por unidad en un 11 por ciento. Los costes de mano de obra, directa e indirecta, de las fábricas catalanas son más bajos que los de otras plantas del grupo italiano.

Por ello, el representante de los trabajadores ha exigido a la multinacional que se replantee la decisión y estudie un plan de viabilidad para las factorías catalanas, que emplean a 192 personas. También ha instado a la Generalitat a tomar medidas en defensa del sector de la industria de la moto en Cataluña y a intervenir ante las decisiones de multinacionales como Piaggio para garantizar la continuidad de la actividad productiva y de los puestos de trabajo.

Piaggio cerró la fábrica de Arganda

Piaggio mantuvo en funcionamiento durante sólo dos años la factoría que abrió en 2001 en la localidad madrileña de Arganda del Rey. En concreto, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid y hoy alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguraba la nueva factoría de Piaggio el 16 de mayo de 2001. La multinacional italiana se trasladaba desde sus históricas instalaciones de Julián Camarillo, en Madrid ciudad.

Este proyecto conllevó una inversión de unos 12 millones de euros y se llevó a cabo tras un plan de reestructuración que supuso un severo ajuste de efectivos. La empresa dijo que su nueva fábrica ponía de manifiesto "la voluntad de permanencia"en la región.

Sin embargo, el 2 de agosto de 2002, la corporación comunicaba a los sindicatos su intención de cerrar esta factoría, que contaba con una plantilla de un centenar de trabajadores.
Tras un proceso de negociación, no exento de movilizaciones de los trabajadores, en junio de 2003 la plantilla ratificaba un acuerdo para el cierre, con 56 votos a favor y 39 en contra. Piaggio presentó un expediente de regulación para despedir a todos los empleados, que tomó efecto el 31 de agosto de 2003.

Yamaha anunció su marcha
Este anuncio de Piaggio se produce apenas una semana después de que Yamaha anunciara que iba a presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 388 trabajadores de la fábrica de la compañía japonesa en Palau-solit i Plegamans (Barcelona), después de que anunciara hace un mes su decisión de cerrar la planta y trasladar la producción a Saint Quentin (Francia).

El ERE planteaba 100 recolocaciones a la fábrica francesa (la única que quedará en Europa tras el cierre de la catalana), e indemnizaciones para los despedidos de 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades. El plan social contempla también prejubilaciones para los trabajadores a partir de 58 años, con el 80% del salario neto hasta la edad de jubilación y de la base reguladora de jubilación para los empleados de 58 y 59 años, y con el 90% del salario y de la base reguladora de jubilación para los mayores de 59 años.

Yamaha justifica el cierre de la fábrica catalana y el traslado de la producción a Francia por el descenso de las ventas de la compañía en Europa, del 47% en tres años, así como la caída de la producción en el continente, del 55% en dos años. Además, la compañía nipona ha argumentado que la planta de Saint Quentin produce tubos de escape y motores fuera borda, líneas de producción que no existen en Palau-solit i Plegamans, y que la planta francesa ofrece una mayor capacidad de producción, lo que coloca a la empresa en una posición más competitiva en caso de recuperar las ventas y la producción.

Los empleados afectados por la reestructuración de Yamaha serán los relacionados con los procesos industriales (producción y corporativos vinculados a la producción), y mantendrá su presencia y actividad comercial en España, y sus oficinas centrales en el país seguirán en Palau.En este momento están reunidos los representantes sindicales con los abogados de la empresa para comunicar el impacto de esta nueva deslocalización, según han señalado fuentes sindicales.