Ariadna Castellanos el piano que funde flamenco y jazz

MADRID- Tiene 27 años y ha dedicado toda su vida a la música. La joven pianista y compositora madrileña confiesa que este mundillo despertó su curiosidad a los 6 años, cuando su madre comenzó a llevarla a clases de ballet. Allí descubrió con el tiempo que no poseía dotes para el baile, pero sí que poseía un buen oído. Y casi de casualidad se topó con su afición por el piano, un instrumento, para muchos, que exige un enorme sacrificio. Sin embargo, «yo no lo veo así, no creo que me haya perdido nada desde que comencé a tocarlo. Al revés, he conocido cosas que no habría podido experimentar de otra forma. Lo que sí te exige es que estés continuamente en forma, no puedes parar, eres como un deportista», afirma Castellanos desde Nueva York.

Como una atleta de maratón
Pero hay más: a los 17 años consiguió una beca internacional en la Guildhall School of Music and Drama de Londres para estudiar el estilo clásico: «Esa ciudad lo cambio todo para mí, mi forma de ver la música y la manera de entender el mundo», confiesa Castellanos. Después, y casi sin querer, se presentó a las prueba de la prestigiosa Berklee College de Boston, sin ensayos previos, pero finalmente la superó. Hace un par de años se convirtió en la primera española que recibe esta importante ayuda. La escuela le aportó nuevos conocimientos: «Lo bueno de allí es que he absorbido mucho de otras culturas cuanto más viajas, más descubres que la música es la expresión de algo, cosa que en el clásico se ha perdido un poco».

Lo cierto es que desde la adolescencia tiene un fuerte interés por el flamenco: «Al salir fuera, otro tema que descubrí es que al echar tanto de menos mis raíces, se potenciaron. Esa música siempre fue importante para mí, pero en la distancia se acentuó. Aunque resulta obligado tener nociones de clásico, porque te aporta técnica y un dominio del instrumento. La parte negativa es que es un estilo ya estructurado en el que no puedes crear nada nuevo». Su trayectoria corre como una flecha, como una atleta en una maratón. Ha trabajado ya junto a numerosos artistas del flamenco como Niño Josele, Jorge Pardo o Agustín Carbonel, «El Bola». También lideró en 2010 un Homenaje Honoris Causa a Paco de Lucía en Boston. Su siguiente paso está en Nueva York, donde se acaba de instalar. De hecho, s encuentra inmersa en nuevos proyectos, como la grabación de un disco y una gira por la Gran Manzana titulada precisamente «Yo flamenco». Por cierto, que para Castellanos se trata de una música infravalorada: «En España la gente no lo estima lo suficiente, pero el flamenco se trata de algo muy complejo, rico, tiene mucha fuerza, es algo salvaje. Aparte del publico, los músicos extranjeros se dan cuenta de que todavía está por descubrir, casi nadie lo conoce y provoca curiosidad. Existe un misterio alrededor del flamenco», comenta Castellanos.

El detalle
UN PUZZLE
Castellanos lo tiene muy claro: el flamenco es la música que más le ha motivado y que, por otra parte, le permite improvisar, una técnica que aprendió del jazz en Berklee, incluso con el piano, una fusión totalmente nueva: «Es como un puzzle, tú tienes tus piezas bien hechas y las cambias de sitio, se trata de algo divertido. Es la diferencia con el clásico, yo necesitaba crear algo mío».