Baloncesto
Apenas un año por Marta ROBLES
Hace un año, la Selección ganó el Mundial y España vivió una manifestación de júbilo como no recuerdo haber visto. El triunfo cambió el sentimiento de millones de españoles. Supuso la confirmación de que España tenía un sistema de juego propio y genuino, que, además, enamoraba, no sólo a nuestros aficionados, sino también a seguidores de todo el mundo, y que, por fin, colocaba a la Selección en lo más alto.
Fue a medida que avanzaba el Mundial cuando la gente, sin complejos y espontánea, colgaba en ventanas y terrazas la bandera de España, muestra inequívoca de apoyo y de identificación con la Selección. Con el sentimiento y orgullo de ser españoles y apoyar a una generación de futbolistas que acabó protagonizando el triunfo deportivo de mayor trascendencia social.
De los jugadores es el éxito y de ellos es la gloria. Pero seríamos injustos si no valoráramos la labor de cada club, de cada entrenador, de cada federación autonómica y de todo el futbol modesto en el trabajo de años y años. Sin embargo, este reconocimiento quiero centrarlo Ángel María Villar, con todo su equipo, un presidente que tiene el respaldo del fútbol español y que con su trabajo discreto e incansable ha conducido a la España futbolística a lo más alto. Y, cómo no, Vicente del Bosque y sus colaboradores. Reconocido por todos como un gran conductor de grupos. Siempre prudente, cauteloso y mesurado. El éxito no le ha hecho perder ni un ápice de su proverbial humildad y campechanía.
Fue un gran triunfo deportivo de España, pero, sobre todo, fue un triunfo social, por su importancia en la integración de nuestro país. El triunfo de ser y sentirse españoles.
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