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Bruselas

Gadafi cobra a los inmigrantes que lanza hacia Europa

El conflicto libio ha marchado hasta ahora al ritmo de las amenazas de Muamar Gadafi. Si la comunidad internacional arrancó la campaña de bombardeos para evitar la carnicería que el líder libio había prometido en la zona rebelde de Bengasi, el dictador podría abrir un nuevo capítulo al convertir en realidad su promesa de enviar oleadas de inmigrantes que invadan las costas de Europa.

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Según ha podido saber LA RAZÓN, los militares y fuerzas de seguridad fieles a Gadafi están acumulando a los refugiados de terceros países en instalaciones en los alrededores de Trípoli para enviarlos en barcazas a las costas europeas. Fuentes de la Unión Europea –con información procedente de los servicios de inteligencia y expertos europeos– aseguran que Gadafi incluso habría empezado a cobrar a los inmigrantes, procedentes de países como Eritrea, Somalia, Pakistán e incluso China. Según las mismas fuentes, Gadafi tiene preparadas hasta 6.000 personas listas para partir, aunque Italia teme que hasta 50.000 refugiados podrían tener en su horizonte llegar hasta sus saturadas costas.

El coronel ha querido abrir el frente de batalla migratorio en los últimos días al verse cada día más cercado por los bombardeos aliados y consciente del temor que provoca en la UE las oleadas de embarcaciones. Tal es el empeño del dictador por acelerar su embestida que, según las mismas informaciones, las barcazas podrían haber empezado a escasear en suelo libio. Sólo este fin de semana, han llegado alrededor de 2.300 refugiados procedentes de Libia, lo que supone con diferencia la mayor avalancha humana desde el arranque del conflicto. El coronel libio siempre ha jugado la baza migratoria para poner contra las cuerdas a los Veintisiete. En el pasado, Gadafi logró arrancar 5.000 millones de euros a los europeos, camuflados bajo otras partidas, a cambio de su colaboración en la lucha contra la migración ilegal y para mantener en su terreno a los inmigrantes retenidos.

Además, la prioridad dada por los europeos al control de los flujos les llevó a pasar por el aro del dictador, quien el año pasado logró que los derechos humanos quedaran fuera del acuerdo marco negociado con Libia a cambio de su colaboración. En un momento en el que la UE está revisando totalmente su política migratoria, y repensando la Europa sin fronteras de Schengen, la llegada masiva de barcazas desde Libia podría poner en un aprieto la solidaridad interna y externa de los europeos. Ayer, la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, ya avisó que el alrededor de 27.000 inmigrantes arribados hasta Italia y Malta no suponen una razón para cerrar las fronteras internas europeas.

El drama humano se extiende igualmente a los campos de refugiados en Túnez. Las entrevistas que ha llevado a cabo el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur) han descubierto que algunos de los llegados hasta Italia serían refugiados que, tras haber huido en un primer momento hasta Túnez, habrían optado por volver a Libia para cruzar desde allí a suelo europeo, al ver el estancamiento de la situación al otro lado de la frontera.
Fuentes comunitarias opinan que estos ejemplos prueban la urgencia de acelerar los reasentamientos de los refugiados en los campos tunecinos, para lo que mañana celebrará la Comisión Europea una reunión.

La propia Acnur se ve incapaz de cuantificar la cifra de desaparecidos en las aguas del Mediterráneo, aunque se teme que son centenares. «Estamos muy preocupados por lo que está ocurriendo en el Mediterráneo, donde tenemos noticias de muchas muertes debido a embarcaciones que vuelcan», admitió ayer la portavoz del organismo, Melissa Fleming, a la prensa en Ginebra. «Desgraciadamente no conocemos el balance completo de víctimas», precisó.

Túnez localiza 58 cadáveres
En una de las últimas tragedias, inmigrantes llegados a la isla italiana de Lampedusa el pasado fin de semana explicaron a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que iban en un barco con entre 500 y 600 personas que se hundió cerca de Trípoli a finales de la semana pasada. No está claro cuántas de esas personas se ahogaron. ncluso antes de ese incidente, según Fleming, ACNUR consideraba que desde el 25 de marzo al menos 800 personas que huían de Libia no consiguieron llegar a salvo a tierra.

La mayoría de los inmigrantes son de origen subsahariano, según revelaron responsables de la ONU a Europa Press. Las autoridades tunecinas reconocieron ayer que sólo en el mes de abril han localizado 58 cadáveres frente a sus costas. La mayoría de las víctimas eran hombres. Así las cosas, Acnur y la OIM pidieron que todos los barcos en esta zona, muy concurrida, deben mantenerse alerta ante la presencia de posibles embarcaciones sobrecargadas, dar la señal de alarma y, en caso de ser necesario, socorrer a los refugiados.

«Mientras discuten, otros mueren»
La última tragedia en las aguas del Mediterráneo tensa la relación entre Italia y Malta, que vuelven a echarse las culpas mutuamente. «Las continuas acusaciones entre estos dos países muestran un eterno problema nunca resuelto. Mientras las naciones discuten, las personas pierden la vida. La UE debe aclarar de una vez esta situación para saber quién tiene la competencia de intervenir en situaciones de peligro», apunta el sacerdote Mussie Zerai, quien apoya la solicitud que varios europarlamentarios han realizado para que Bruselas se pronuncie sobre este asunto.