España de récord

MADRID- Plena de elogios, de victorias, de puntos posibles... Así aterrizó ayer la Selección de Vicente del Bosque en Madrid, tras difuminar otro de los históricos fantasmas de España, que nunca había ganado en suelo checo. «No ha funcionado. Los españoles están simplemente en otra galaxia», reconoció el central checo Sivok, fiel reflejo de lo que en el día de ayer plasmó la Prensa local. «República Checa, 0-España, 2. La diferencia entre ambos contrincantes fue abismal», resumía abriendo la sección de deportes el influyente «Mlada Fronta Dnes» de Praga.

Superar a Italia en cuartos, ganar una Eurocopa y un Mundial de forma consecutiva es el camino que lleva andado la Selección de Vicente del Bosque, primero de Luis Aragonés. ¿Por qué no la triple corona? No es descabellado pensarlo siempre que la suerte acompañe; fútbol tiene de sobra, no hay equipo nacional que le haga sombra, pero para Vicente y sus internacionales, después de los severos avisos de Argentina y Portugal en sendos amistosos (derrotas abultadas, cual serio correctivo), quedó patente la sensación de que se estaban desviando de la hoja de ruta, como contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones. Desde entonces todos los partidos se juegan con la misma humildad y garra, como si de una final se tratase. Da igual si España está clasificada. Ya avisó Del Bosque que por respeto a los rivales, y el honor de llevar la estrella de campeones del mundo en el pecho, el equipo que jugaría frente a República Checa y ante Escocia (el martes) sería el mismo bloque habitual.

Y de esta manera, España sigue acumulando victorias y ampliando sus registros de marcas. «La Roja» logró en junio de 2009 igualar el récord de Brasil de 35 partidos sin perder e hizo suya propia una marca que nadie había logrado, la de 15 victorias consecutivas al ganar a Suráfrica (2-0) en la tercera jornada de la Copa Confederaciones. Pero ahora, España está a las puertas de conseguir una gloria mayor, batir el récord mundial en partidos oficiales. El equipo de Vicente del Bosque sumó ante la República Checa su decimotercera victoria consecutiva. No pierde en campeonato o partidos de clasificación desde la derrota frente a Suiza en el Mundial de Suráfrica. De ganar el martes a Escocia igualaría las marcas de Holanda y Francia: 14 victorias oficiales consecutivas. Logradas, en el caso de la «naranja mecánica», en los compromisos de clasificación para Suráfrica, más los seis partidos hasta alcanzar la final con España, ahí se cortó su racha; en el caso de la selección de Zidane, dicha serie de triunfos se produjo durante cinco partidos de la Copa Confederaciones de 2003, a los que siguieron ocho en la clasificación de la Eurocopa de 2004 y el primero de los partidos del aquel torneo continental. El pleno al 15, como en 2009, pero éste de partidos oficiales, es posible.

Para ello, pese a que a Del Bosque se le critique su inmovilismo, que no pruebe o releve a más jugadores –Soldado, Torres, Botía, Puyol o Jordi Alba, que se quedó sin jugar en Chequia, ya que fue uno de los tres descartes–, va a seguir defendiendo que no hay que tocar lo que funciona más que circunstancialmente. El camino a la triple corona no necesita de retoques tácticos. El fútbol de toque y dominio en el centro del campo de «La Roja» vence y convence. Si hay algo que, a corto plazo, pudiera impedir que España siga siendo de récord es el exceso de confianza, la gran labor, hoy por hoy, de Del Bosque.

Xabi y Ramos, aunque tocados, se quedan
«Debo tener un ángel detrás», decía Xabi Alonso tras la fuerte entrada (ver imagen) que le propinó Tomas Hubschmann –expulsado– durante el República Checa-España del viernes. Y debe ser así, porque el centrocampista del Real Madrid, aunque pendiente de evolución, se queda con la Selección. Los tacos le dejaron heridas en la tibia, pero no hay mal mayor. Así que ayer, día de descanso, tuvo tiempo para calmar el dolor y esta tarde Del Bosque evaluará si merece la pena que se entrene con el grupo o que trabaje al margen. Sergio Ramos, que se retiró al descanso por prudencia, también se queda en la concentración. Los médicos restan importancia a sus molestias en la parte posterior del muslo.