Los Ángeles

El drama padre de Robert Downey Jr

Por norma general, las películas triunfan cuando entre los protagonistas existe una química que sobrepasa la pantalla. El director Todd Phillips era consciente de la premisa; sin embargo, ha decidido apostar por la «antifórmula» para su nuevo trabajo, «Salidos de cuentas».

 
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El realizador de «Resacón en las Vegas» –la comedia más taquillera del cine en los EE UU– presenta ahora la historia de dos desconocidos que se ven obligados a realizar juntos un largo viaje. Robert Downey Jr. da vida a Peter Highman, un arquitecto sin demasiada paciencia que debe tomar un avión desde Atlanta a Los Ángeles para llegar a tiempo al nacimiento de su primer hijo. Todo se desarrolla según sus planes hasta que en su camino se cruza con Ethan Tremblay, interpretado por Zach Galifianakis, un aspirante a actor extremadamente sensible y auténtico imán para los contratiempos y los malentendidos. «La antiquímica que existe entre ambos es precisamente lo que genera la tensión y la comicidad», dijo el director durante la presentación en Londres. Phillips, que estuvo acompañado por los dos protagonistas, es consciente de que hay bastante en juego. «Resacón en las Vegas», de la que ya rueda la segunda parte, superó los 260 millones de dólares y consiguió el respeto de la crítica hasta el punto de hacerse con el Globo de Oro a la mejor comedia.

Estrellas invitadas

A pesar de que en filmes anteriores el realizador no se rodeó de grandes estrellas, para esta ocasión cuenta con colaboraciones de lujo. Es el caso de Juliette Lewis y Jamie Foxx. El oscarizado actor interpreta a un amigo de Peter que tiene una especial relación con su mujer que hace dudar al protagonista de si el bebé que espera es realmente suyo. Las preguntas de Ethan son vitales para sembrar la desconfianza. Desde el primer momento, Phillips supo que tenía que contar en el reparto con Galifianakis, con quien trabajó en la taquillera cinta.

«Los dos conectamos muy bien porque él sabe que yo sigo su humor, que puede ser extremadamente raro», dijo. El actor, que no paró de bromear en ningún momento, reconoció que los dos disfrutan con cosas que podrían considerarse tabú, «las que son graciosas pero de las que supuestamente no te puedes reír. Me encanta cuando la gente suelta una carcajada antes de darse cuenta de que quizá no era el momento apropiado y empiezan a cuestionarse a ellos mismos», señaló.

Downey Jr. estuvo a la defensiva desde que un periodista le preguntó por su pasado con las drogas. El protagonista de «Chaplin» contestaba con monosílabos y respuestas irónicas y se pasó todo el tiempo dibujando en una hoja como si estuviera pasando el rato. «Cómo voy a tomarle en serio con estos dibujos», exclamó de repente su compañero mientras mostraba uno de sus bocetos a la prensa.

Entre los dos actores había complicidad y recordaron como se conocieron. «Yo estaba en Venice (California) y un tipo bastante raro se me acercó y me dijo: "Hola, creo que voy a hacer una película contigo". Pensé que se trataba de un pirado e incluso valoré la posibilidad de darle un puñetazo –dijo Downey Jr.–. Entonces me di cuenta de que era Zach».

Lista de extravagancias

Los dos quedaron para cenar y hablar del guión: «Cuando le pregunté si tenía algún tipo de restricciones alimenticias me mandó una larga carta llena de anotaciones del tipo de que sólo bebía agua embotellada traída de Barstown. Aún la conservo y la leo en las fiestas de amigos porque no tiene desperdicio», desveló. El neoyorquino vuelve a mostrar sus habilidades para la comedia en esta cinta. «Es un actor magnífico. Puede interpretar cualquier papel que le venga en gana», afirmó el director.

Cada día, los tres revisaban el guión antes de ponerse a rodar, quitando y añadiendo diálogos de última hora. «La comedia surgía espontáneamente en el set de rodaje y creo que eso es bueno porque otorga frescura al metraje y permite que todo el equipo participe», puntualizó Phillips. «La comedia no es como las matemáticas, es más bien como el jazz», agregó. Otro aspecto importante era la técnica que los actores practicaban a diario. «Nos insultábamos todo lo que podíamos. Insultos, insultos y más insultos, uno detrás de otro», bromeó Galifianakis.

El director no paró de elogiar al cómico: «Borda los matices que hacen que su personaje sea un compañero de viaje especial. La manera en la que habla, se mueve, piensa», recalcó Phillips. «Zach trae ese punto de espontaneidad y peligro que es fundamental en cualquier comedia, el no saber qué es lo que va a suceder o lo que alguien va a decir. Es el actor cómico perfecto porque no tiene miedo a nada a la hora de abordar escenas surrealistas». Cuando se le pregunta al interprete por el nuevo trabajo que va a rodar junto al realizador, la segunda parte de «Resacón en Las Vegas», aseguró: «Me siento muy afortunado de que cuente conmigo en sus proyectos. Todas sus películas pasan la barrera de lo políticamente correcto, se van hasta el extremo y hacen brotar la risa en situaciones que, en el fondo, son trágicas. Siempre sabe sacar la parte más graciosa», aseguró.

Dos en la carretera

El guión, aparte de ser divertido, cuenta con ese punto dramático tan característico que le añade Phillips y explica cuales son los miedos que siente Peter al convertirse en padre por primera vez gracias al apoyo que le ofrecen las «road-movies». «Existe algo especial en los viajes en carretera que saca los extremos de las reacciones humanas y las emociones. Es un escenario que, precisamente, da para muchas sorpresas y permite a la gente que se involucra en ellos conocerse más a sí misma y saber cuales son sus reacciones cuando les llevan hasta el límite», aseguró.


El detalle: chicos en pandillas
El cine ha dado prueba de lo que son los buenos colegas en numerosas ocasiones para lo bueno y para lo malo. «Resacón en Las Vegas» (arriba) es un ejemplo. Pero podemos retrotraernos a «Desmadre a la americana» o «El club de los poetas muertos». Los chicos siempre se han llevado mal en los compromisos. Ahí está «Despedida de soltero», con un Tom Hanks en plena juventud, o «Very bad things», de tintes más negros, con Christian Slater. Sin embargo, el género con los años ha dado muchos frutos, aunque de diferente calidad: «American pie», «Supersalidos» y «Los albóndigas en remojo» (cinta ochentera con secuela incluida). Otros colegas fueron también los protagonistas de «Límite 48 horas» o los de la saga de «Arma letal».