Cataluña

Legionarios y bandoleros por Javier G FERRARI

La Razón
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Escuchar a Llamazares asegurando que el Ministerio del Interior es un nido de Legionarios de Cristo, o arremetiendo contra el titular de Educación, a la vez que defiende a los asaltantes de colegios y a los bandoleros que intentan disfrazarse de Robin Hood cuando roban en los supermercados y, además, agreden a las empleadas, invitaría a la sonrisa, cuando no a la carcajada, sino fuera porque el lenguaje incendiario que mantienen la mayoría de los dirigentes de IU, parapetados en sus escaños, y gozando de las prebendas de sus cargos, esta calando en una capa de la sociedad castigada por la crisis. Los gritos en los pasillos de los Salesianos de Mérida contra los curas, o las frases tan grandilocuentes como vacuas escritas en paredes y pizarras de las aulas, nos retrotraen a la España de los años treinta que con tanto empeño resucitó el zapaterismo. En este país se traspasa la frontera entre la anécdota y la categoría con demasiada facilidad, y la izquierda más radical, y también la que intenta jugar a la responsabilidad y la moderación, lleva casi un año, desde que los populares ganaron las generales, sembrando el ya dificilísimo camino que le ha tocado transitar a Rajoy de todo tipo de obstáculos. Podríamos considerar una anécdota que los adolescentes capitaneados por algún dirigente comunista escribieran «más filosofía y menos teología» sino fuera porque, casi con toda seguridad, el que cogió la tiza no tiene ni la más remota idea de lo que es ninguna de las dos cosas. La incultura enciclopédica de una buena parte de los adolescentes y jóvenes españoles es el resultado de la política educativa de los gobiernos socialistas, y no digamos ya nada de los nacionalistas, mucho más interesada en el adoctrinamiento que en el conocimiento. A los escolares de Cataluña, de Euskadi, de Madrid, o de Mérida, lo que les hace falta son planes de estudio rigurosos y exigirles que cumplan con su trabajo, que es el de estudiar y aprender.