Cantabria

Los etarras intentaron asesinar a un juez y tenían datos de un ertzaina y sedes del PSOE

No llegaron a matar al magistrado porque llevaba escolta y vivía cerca de una Comandancia de la Guardia Civil.

Armamento incautado al comando de ETA detenido el martes
Armamento incautado al comando de ETA detenido el marteslarazon

El «comando legal armado Otazua» de ETA, desarticulado el pasado martes intentó asesinar en Bilbao a un juez que vive cerca de la Plaza de La Salve. Los pistoleros, sin embargo, que llegaron a vigilar al magistrado, decidieron no cometer la acción criminal,ya que llevaba una escolta adecuada y su domicilio estaba muy cerca de la Comandancia de la Guardia Civil de Vizcaya. Iñigo Zapirain, uno de los integrantes de la célula que ha sido desarticulada por la Benemérita, ha confesado los numerosos delitos –dos asesinatos y otros 14 atentados–perpetrados por el grupo, que fue formado a primeros de 2006 por la miembro «liberada» Saioa Sánchez Iturregui, actualmente encarcelada en Francia por la muerte de dos guardias civiles en Capbreton, en diciembre de 2007.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, el «Otazua», que llevaba este nombre en homenaje al etarra Arkaitz Otazua que murió en 2003 en un enfrentamiento con la Ertzaintza en el Alto de Herrera (Álava), también intentó volar una empresa de las que trabajan en el Tren de Alta Velocidad, situada en la localidad vizcaína de Ortuella, pero renunciaron por el mismo motivo. Vieron un coche con dos personas y, al pensar que eran miembros de las Fuerzas de Seguridad, decidieron abortar el atentado y huir.


En tregua, pero preparados
La operación de la Benemérita, una de las más importantes de las realizadas en los últimos años, tanto por la peligrosidad del «comando» como por el momento en que se produce –desde el mundo de ETA se ha tratado de lanzar la idea de que las actividades terroristas habían finalizado–, ha permitido constatar que los cabecillas de la banda no han transmitido ese mensaje a sus militantes por vía interna, sino todo lo contrario. Debían permanecer en tregua, pero sin disolver el «comando» y, ni mucho menos, deshacerse de las armas y explosivos en su posesión.

La misma creación de la célula a primeros de 2006 se produjo poco tiempo antes de que la banda terrorista anunciara la anterior tregua que finalmente rompió en 2007, lo que demuestra el valor tan importante que los terroristas dan a los parones en su actividad criminal. Una vez finalizado el alto el fuego, los miembros «legales» del «comando» desarticulado empezaron a cometer atentados, entre ellos, los asesinatos del agente del Cuerpo Nacional de Policía, Eduardo Puelles, el 16 de junio de 2009 en Arrigorriaga (Vizcaya) y del brigada de Artillería del Ejército, Luis Conde de la Cruz, tras la colocación de un coche-bomba que estalló en el Patronato Militar de Santoña, en Cantabria, el 22 de septiembre de 2008.

Asimismo, el «comando» realizó dos cursillos: el primero de ellos, en casa de Iñigo Zapirain y, el segundo, en Francia. Sus responsable fueron Garikoitz Aspiazu, «Txeroki»; y después, tras el arresto de este individuo, Mikel Karrera, «Ata». El material utilizado para llevar a cabo los atentados lo recibían en los vehículos que después utilizaron como coches bomba en la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Burgos, el colocado en la Delegación del Ministerio de Defensa en Logroño, que pudo ser desactivado y no llegó a estallar, y el del Patronato Militar de Santoña. Además, según las primeras investigaciones realizadas, tenían un «zulo» en Navarra.

Por último, la dirección de la banda terrorista les había ordenado atentar contra miembros de la Ertzaintza, –precisamente un agente de este cuerpo que vive en Tragaparán (Vizcaya) se libró de ser asesinado porque ETA trasladó una información errónea al «comando»–, contra Casas del Pueblo (sedes de los socialistas vascos), INEM y otros edificios oficiales. Para muestra, el atentado contra la oficina del paro en Bilbao el 21 de enero de 2006, en el que resultó herido un agente de la Policía autonómica vasca, o el cometido en diciembre del mismo año en los juzgados de Paz de Sestao.


Dignidad y Justicia alerta de un cumpleaños para loar a un etarra
Dignidad y Justicia (DyJ) ha pedido a la Audiencia Nacional que prohíba una fiesta de cumpleaños prevista para esta tarde en un «herriko taberna» de Algorta (Vizcaya). Y es que según la asociación que preside Daniel Portero, se quiere homenajear al etarra Francisco Javier Gallaga, condenado a 343 años de cárcel por el asesinato, en 1996, del sargento Miguel Ángel Ayllón. Según los denunciantes, detrás de la convocatoria está el Movimiento Pro Amnistía, que para la Guardia Civil es sinónimo de la ilegalizada Askatasuna. El acto –que DyJ califica de humillación a las víctimas– ha sido convocado a través de las «sucursales» que el Movimiento Pro Amnistía tiene en la red, donde –recuerda DyJ–se enaltece habitualmente a miembros de ETA.