Grecia

Mercado irracional por Josep Piqué

La Razón
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Veo estos días un intenso debate sobre qué debe hacer el nuevo presidente del Gobierno «in pectore», Mariano Rajoy, después de su indiscutible victoria electoral el pasado 20 de noviembre. Algunos opinan que debería haber anunciado ya su política económica, anticipando sus decisiones antes incluso de formar gobierno. Su argumento es que lo esperan los mercados y que no hay tiempo que perder. Y que debería anticipar incluso la composición de su futuro Gobierno para «tranquilizar» a los susodichos y famosos mercados.
No estoy de acuerdo. Los mercados hoy no responden a impulsos y decisiones racionales. Y están mucho más preocupados por la actitud de Alemania, el papel del Banco Central Europeo o, si me apuran, el futuro del euro. No especulan excesivamente sobre qué puedan hacer los nuevos gobiernos «tecnócratas» de Italia o Grecia, sino que esperan hechos y acciones concretas, a nivel de cada país. Pero sobre todo, a nivel europeo.
Y lo que pudiera hoy decirse desde el futuro presidente del Gobierno español –palabras y no hechos–, no afectaría a dichos comportamientos irracionales. Podría ser incluso contraproducente en términos políticos y en términos de nuestros intereses nacionales.
Sí que creo que debe anticiparse, antes del debate de investidura, la filosofía de actuación del nuevo Gobierno. Y conste que ya la sabemos, pero quizás una escenificación «solemne» podría ser útil para dar confianza, no a los mercados, insisto, pero sí a la opinión pública española y europea. Es opinable.
Pero en el debate de investidura, Mariano Rajoy debe explicitar sus prioridades. Primero, reiterar el compromiso de España en el cumplimiento de los compromisos sobre la evolución de nuestro déficit público. Y no va a ser nada fácil. Los ajustes pueden ser cercanos a los 40.000 millones de euros para el año que viene, si el déficit de este año supera, como parece, el 7% sobre el PIB.
Segundo, avanzar las principales reformas estructurales a acometer para recuperar la competitividad perdida y volver a crecer y a generar empleo. Y ahí es imprescindible abordar la necesaria reestructuración de nuestro sistema financiero (a través de un «banco malo» que reparta sacrificios, pero que permita la recuperación del crédito), la disciplina de gasto de las diferentes administraciones públicas y el eficiente reparto tanto de ingresos como de gastos, y, más allá de otras reformas imprescindibles (como la energética), sin duda, la reforma de nuestro mercado de trabajo.
No es sostenible tener una tasa de paro que dobla la de la Unión Europea. O una tasa de paro juvenil que ronda ya el 50%. Y mi opinión es muy clara: hay que simplificar la contratación, hay que eliminar la actual y brutalmente injusta segmentación de nuestro mercado de trabajo y, sobre todo, hay que descentralizar la negociación colectiva, quitando poder a sindicatos y patronal, para dar capacidad de decisión a cada empresa y a sus trabajadores, ligando salarios a productividad y a resultados.
Fácil de decir y complicado de hacer. Pero imprescindible hacerlo. El futuro de España, sin duda, está ahí.

Josep Piqué
Economista y ex ministro