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Prohibir los piquetes

La Razón
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Una de las grandes falacias que le quedan a nuestra democracia es la de los «piquetes informativos». En realidad son comandos de agresores que se dedican a intimidar a la gente cuando no a asaltarla o violentarla impidiéndole trabajar. Porque reconociendo el derecho a la huelga como fundamental, también hay que decir que se debería proteger a aquellas personas que no comparten el criterio sindical y quieren seguir en sus puestos. Pero aquí nadie hace nada por garantizar esa libertad fundamental. Ayer en Madrid cuatro conductores del Metro fueron agredidos por un piquete «informativo» de unas 50 personas. La policía estaba por la zona, pero no hubo detenciones. Las huelgas en España degeneran con frecuencia en episodios de violencia, y al final los alborotadores se quedan sin sanción porque en la negociación final del conflicto se incluye como condición la amnistía de los sancionados. Aunque lo peor de ayer fue lo de los socialistas de postín que se pusieron claramente de parte del sindicalismo piquetero. Prefieren responsabilizar a Aguirre del conflicto antes que molestar a esos grupos de matones callejeros, nada informativos, que impiden los servicios mínimos y deberían ser claramente prohibidos.