Andalucía
ANÁLISIS: La declaración de la renta y el buen gobierno por Rafael CARMONA
El pasado miércoles y jueves asistimos al último Debate del Estado de la Comunidad de esta legislatura. Los andaluces han podido comprobar que el discurso del partido socialista es gris, sin ilusión, agotado, apoyado únicamente en golpes de efecto propagandísticos. A la iniciativa legislativa popular la llaman Diputado 110, a la nueva beca la designan como SOE (Segunda Oportunidad Educativa), al plan para parados de larga duración sin prestación, le llaman OLA (Oportunidades Laborales en Andalucía). La guinda: la representación teatral con la entrega a la presidenta del Parlamento de la declaración de la renta del Sr. Griñan. De siglas y escenarios está llena la historia de nuestra comunidad.
Quisiera dedicar unas líneas a este gesto. Un gesto que define perfectamente la consideración que le tiene el presidente de la Junta a los andaluces. ¿Acaso su intención fue transmitir que solo él entrega la declaración de la renta? Todos los andaluces deben saber que la declaración de la renta la entregan todos los años todos los parlamentarios andaluces, al igual que sus declaraciones de bienes y actividades.
¿Qué quiso entonces transmitir Griñán? Este gesto no es más que la demostración de la política de estos 30 años. Apariencias. Que parezca, aunque no lo sea.
Pero esto, ya hoy, no cuela. A los andaluces ya no se les engaña de esta forma. Los ciudadanos el 22 de mayo han dicho basta a esta forma de gobernar. Andalucía quiere un cambio. Un cambio de esta forma de hacer política, mucha propaganda y pocos resultados, mucho dinero gastado y pocos objetivos conseguidos.
Y tal y como defendió con brillantez Javier Arenas, el cambio pasa por reformas y por buen gobierno. Por regenerar la vida política y por implantar la austeridad en la gestión pública. Los andaluces quieren propuestas como las que defendió en la tribuna el pasado miércoles, rigurosas, detalladas, que ilusionan y generan confianza.
Medidas de regeneración democrática como la de limitar el mandato del presidente de la Junta a ocho años o suprimir la publicidad exterior durante la campaña electoral. Medidas de austeridad en el gasto, como el establecimiento de un techo de gasto bajo el principio de estabilidad presupuestaria. Y más control del gasto público. Sí, más control, ¡que la Junta es un desvarío! En la Consejería de Empleo se ha repartido el dinero público a manos llenas, a quienes han querido y como han querido, obviando todo tipo de controles. Lo mismo ha ocurrido con las subvenciones de formación y en las ayudas que venían de Europa para incentivar a las empresas.
La receta para superar esta etapa pasa por recuperar el crédito en la política, dijo Arenas, y por dedicar una especial atención a quienes son capaces de crear empleo: los autónomos, las pymes, el campo andaluz, nuestro turismo, la construcción, ¡los andaluces de la construcción no levantan cabeza!
Ésa es la prioridad hoy, hay que estar con quienes crean valor para Andalucía, competitividad frente a desempleo. Y mientras estas medidas dan sus resultados, protección para los más débiles, para aquellos que más y de peor manera están sufriendo la crisis. Todo un programa de gobierno para ilusionar y ganarle a la crisis. Los andaluces se merecen un buen gobierno.
Rafael Carmona
Coordinador de Economía del PP-A
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