Valencia
Despedida y cierre
Al Barcelona le importaban poco los tres últimos partidos. Desde el empate en Valencia ante el Levante ya no tenía otra idea fija que la final de la Liga de Campeones. Ayer, en Málaga, Guardiola alineó al Barça B reforzado y, pese a ello, y a la voluntad malaguista, sumó tres puntos.
La diferencia con el segundo quedó reducida a cuatro más el «gol average», por las precauciones barcelonistas con vistas a Wembley. Al Madrid solamente le importaba que Cristiano Ronaldo llegara al olimpo de los grandes goleadores. Todo el equipo estaba a su disposición y enfrente, el Almería, descendido y sin otra aspiración que despedirse discretamente.
El Madrid goza de los pases de gol que regala Özil, y, por supuesto, de las acciones del astro portugués, para quien ganar la Bota de Oro era suficiente éxito personal. El Bernabéu se llenó para ver un partido intrascendente porque el público es tan agradecido que este año se ha visto recompensado con la Copa del Rey y los tantos de Cristiano. El Madrid no se conformará con estos dos premios de consolación, y para que el público no pierda la moral, Florentino Pérez conseguirá algún fichaje galáctico.
Todos los indicios llevan a la opción Agüero. Dicen dentro de la casa blanca que el argentino es una versión futbolística comparable a Messi. El Atlético aguantará el mano a mano, y conociendo los deseos de presidente y entrenador madridistas, exigirá el pago de la cláusula. El Bernabéu exige grandes bombazos. Agüero es estallido de neutrones. Posdata. Con Cristiano y Agüero, ¿sobra Benzema?
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