Barcelona

Dardo envenenado

La Razón
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El entrenador del Real Madrid no ceja en su empeño de provocar reacciones del Barcelona y, sobre todo, de mantenerse permanentemente en el candelero. Tiene la virtud de crear polémica sobre la nada. Ocurre, sin embargo, que en cuanto suelta su envenenado venablo es inevitable que se crucen argumentos de los que tengo la impresión de que al final no van a beneficiar al Madrid. Estoy seguro de que afirmará, si viene al caso, que nunca quiso pedir que los defensas le den estopa a Messi. Buscará coartada para explicar que únicamente quiso expresar el dato de que le hacen más faltas a Cristiano que al jugador barcelonista. Quiero suponer que detrás de su argumentación no había maldad, ni el deseo de que lesionen al azulgrana, porque ello sería tan detestable que ni siquiera a individuo tan peculiar se le puede adjudicar. Sergio Ramos le hizo una entrada que pudo haber llevado a Messi al quirófano y tampoco hay que adjudicar al madridista deseos tan perseguibles de oficio a pesar de que aquella noche hasta agredió a Xavi y despreció a Puyol, que son compañeros en la Selección y creo que incluso tienen buena relación. Perdió el oremus y a ello puede llegar algún jugador que ante los regates de Messi acabe por querer demostrar que también puede recibir.
En el fútbol, dirigentes y técnicos deben moderar su discurso. Es peligroso fomentar fobias.POSDATA. Comparar a Cristiano con Di Stéfano es pecado mortal.