Evo Morales acorralado por sus antiguos aliados

Además, miles de maestros bloquearon la principal carretera de Bolivia y se enfrentaron a los policías antidisturbios. Mientras, el transporte público no circulaba en gran parte de la capital debido a los piquetes de manifestantes que detonaban pequeñas cargas de dinamita. En otras ciudades también había protestas y cortes de rutas.

El ministro de la Presidencia, Óscar Coca, calificó de vandálicas las manifestaciones y aseguró que estaban centradas en La Paz, aunque la Policía tuvo que repeler en la sureña Tarija a una turba que intentó linchar al presidente. Las manifestaciones fueron convocadas diez días atrás por la Central Obrera Boliviana, otrora aliada del Gobierno, y están dirigidas por maestros rurales, mineros y empleados de los seguros estatales.

Los manifestantes reclaman un aumento salarial mayor del 15%, superior al 10% decretado por el Gobierno. Morales se plegó a las demandas de los empresarios que señalaron que un aumento mayor provocaría el cierre de empresas. El descontento ha ido en aumento desde finales de 2010 por un alza en los precios de los alimentos. Morales decretó en diciembre un ajuste en los combustibles pero tuvo que derogar la medida ante las duras protestas.

El fallido incremento disparó otros precios de la canasta familiar y el malestar popular ha hecho perder popularidad al mandatario. Una encuesta publicada el jueves por el diario «Página Siete» reveló que en La Paz un 72% de los encuestados y un 63% de la vecina ciudad de El Alto rechazan un tercer mandato de Morales. Ambas ciudades son reductos de Evo. Las protestas han moderado el discurso del líder boliviano.

Guerra sindical al poder
Los propios indígenas, cocaleros y sindicalistas que auparon en el poder a Evo Morales se levantan ahora contra él. Ayer miles de manifestantes volvieron a tomar las calles sumiendo en el caos a La Paz y otras ciudades bolivianas en demanda de mejoras salariales.