Ginebra

Las implicaciones sociales impiden decidir sobre el sistema de medición del tiempo

Las implicaciones sociales y religiosas que tendrían la supresión del segundo adicional, que permite mantener la hora sincronizada con la rotación de la Tierra, han sido determinantes para decidir posponer la decisión sobre su eventual eliminación.

Así lo explicaron hoy en rueda de prensa varios responsables de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) que el jueves, en el marco de la Asamblea de Radiocomunicaciones, decidió aplazar hasta 2015 la decisión sobre si mantiene o elimina el segundo intercalar, o segundo adicional.

"Al principio este tema lo tratamos como un asunto exclusivamente técnico. De hecho se abordaba en un pequeño grupo técnico. Pero dado el interés mediático que ha suscitado se empezó a hablar de manera más amplia y percibimos que muchos países no sabían nada al respecto", explicó Fraçois Rancy, director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la UIT.

El jefe de la Oficina de Frecuencias del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia, Vincent Meens, explicó, por su parte, que así como hubo "un buen número de países que estaban a favor de mantener el segundo y otro numeroso a favor de suprimirlo, había también un muy importante grupo que simplemente no tenía una opinión formada".

"Nos dimos cuenta que tenían que ser tomados en cuenta otros aspectos, como los sociales, los religiosos. La supresión tendrá varias implicaciones y éstas merecen ser estudiadas con detenimiento", agregó Rancy.

Cuestionado reiteradamente sobre cuales serían dichas implicaciones, Rancy declinó responder.

Consultados sobre si el retraso en la toma de decisiones tendrá consecuencias negativas, la respuesta fue que no, porque de todas formas se había establecido como fecha aproximada de implementación el año 2020.

Durante los próximos tres años se realizarán diversos estudios para analizar en profundidad todas las implicaciones de la eventual eliminación del segundo intercalar, "y así poder tomar una decisión con toda la información necesaria", puntualizó Rancy.

El eventual cambio tiene calado científico e histórico, ya que hasta ahora es la "hora solar"-marcada por la rotación de la Tierra sobre su propio eje y su órbita alrededor del sol- la que sirve para medir el tiempo en función de las observaciones astronómicas.

Pero la rotación de la Tierra experimenta variaciones causadas por la disminución de su velocidad y por eventos como terremotos o erupciones volcánicas, por lo que cada cierto tiempo se debe agregar un segundo a la hora de los relojes atómicos, de una extraordinaria precisión, en los que se basa el Tiempo Universal Coordinado (TUC).

La eliminación de ese segundo tampoco requeriría, como ocurre ahora, ajustar los relojes atómicos, ni los sistemas de telecomunicaciones e informáticos cada vez que se agrega un segundo a un año, argumentaron ante la UIT los partidarios el cambio.